Avatar: ¿antiimperialista y antimilitarista?

Avatar: ¿antiimperialista y antimilitarista?

Avatar, la última película dirigida por el reconocido director James Cameron, se ha convertido en la película más taquillera de la historia de España, y no es para menos.

Los paisajes diseñados por ordenador, los efectos especiales, los colores y la posibilidad de verla en 3D dejan al espectador boquiabierto y completamente sumergido en la historia. 

El gran éxito de la película ha dado pie a multitud de críticas y de ellas me gustaría señalar la que ha hecho el Vaticano. La Santa Sede ha tildado a Avatar de “superficial parábola antiimperialista y antimilitarista”. No analizaré si es más o menos superficial, pero sí que me gustaría hacer hincapié en si es un film antiimperialista y antimilitarista.

El argumento narra cómo los humanos tratan de arrebatar por la fuerza, después de no poderlo conseguir por medios diplomáticos, un mineral de incalculable valor situado en el subsuelo de un país alienígena. Además y para desgracia de los alienígenas, el poderío humano es arrollador: disponen de una tecnología y un conocimiento científico muy superiores. El director, con esto, quiere hacer una comparación, poco fundamentada, de la guerra contra Iraq liderada por Estados Unidos.  El mensaje va dirigido a criticar el lema: “como tenemos la fuerza, hacemos lo que queremos”. Des de este punto de vista, Avatar es una película antiimperialista. ¿La convierte esto en una película antimilitarista?

Los “buenos”, en este caso los alienígenas, ganan (como era de esperar de una película de Hollywood). Ahora bien, ¿qué papel juegan durante el conflicto? Los alienígenas pasan de la pasividad total a la más extrema reacción violenta en cuanto les atacan. La magnitud de la respuesta es tal que consiguen derrotar aplastantemente al bando humano. Con esto el director nos manda otro mensaje: “un conflicto que acaba teniendo un desenlace violento se soluciona con una respuesta aún más violenta”. ¿Es este un mensaje antimilitarista? No, más bien todo lo contrario.

¿Por qué Avatar, como muchas otras películas, acaba transmitiendo la idea de que la violencia es un medio para alcanzar la paz? ¿Alguien cree que los humanos no volverán con un ejército mayor para arrebatar por la fuerza aquello que no pudieron conseguir en un primer momento? Los alienígenas no han conseguido resolver el conflicto porque no han resuelto las causas que lo originaron: los humanos siguen queriendo poseer el mineral. La violencia lo único que les ha dado, a parte de multitud de bajas, es un respiro temporal.

James Cameron pretendía ser crítico con la política exterior de algunos países, especialmente de Estados Unidos. Sin embargo, Avatar acaba fomentando, aún más, una cultura que justifica la violencia para resolver los conflictos. Es una pena que una película tan taquillera no haya transmitido un mensaje más constructivo.



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