Juan Carlos I, los petrodólares y las exportaciones de armas
El descenso de ventas de armamentos de España a Arabia Saudí es, en sí mismo, un engaño. Veamos por qué. España en 2018 vendió material de defensa a Arabia Saudí por valor de 393 millones de euros, en 2019 descendieron a 35,4 millones. Pero en cambio las ventas a Emiratos Árabes Unidos (EAU) pasaron de 42,5 millones en 2018 a 179,2 en 2019. Es decir, mientras unas exportaciones descendían otras aumentaban. Si extrapolamos al conjunto de países de Oriente Medio (OM) nos encontramos con una situación algo similar pues, aunque hubo un descenso en las ventas de un 12% en 2019 (se exportaron 586 millones) con respecto a 2018, ese año fueron de 670 millones.
Esto demuestra que España ha seguido exportando muchos armamentos a los países de Oriente Medio, la mayoría de los cuales forman parte de la coalición internacional que está implicada en la guerra de Yemen. Entonces, rebajar las ventas de armas a Arabia Saudí para incrementarlas en EAU y otros países de OM es en la práctica continuar ayudando a alimentar la guerra en Yemen. Una guerra que ha producido más de cien mil muertos y cuatro millones de personas desplazadas y donde las Naciones Unidas ha demandado un alto al fuego alertando de que la población de 20 millones de habitantes necesita ayuda alimentaria y médica urgente. Y, a pesar de ello, España y otros países de la Unión Europea han continuado vendiendo armamentos a diversos de los países que forman parte de la coalición internacional que lidera Arabia Saudí junto a buena parte de los países árabes de OM en esa guerra.
Por otro lado, sabida es por la opinión pública de las excelentes relaciones que mantiene la familia real española con las monarquías de los petrodólares, en especial con la Saudí y la de los EAU, en éstos últimos es donde ahora ha ido a refugiarse Juan Carlos I, tras los escándalos surgidos a raíz de haber recibido millonarias remesas de petrodólares de Arabia Saudí. Una fortuna, la del rey emérito, que se sospecha proviene de oscuros negocios, donde siempre aparecen los petrodólares. A su vez, también son conocidas las prácticas corruptas y comisiones en las relaciones comerciales de las monarquías de OM, por los múltiples escándalos aparecidos en el pasado con cobros de comisiones en las transacciones, y entre ellas, las relacionadas con las ventas de armamentos en esa región.
Comisiones en ventas de armas que han salpicado a la británica BAE Systems y la italiana Leonardo que han tenido que dar explicaciones ante los jueces de sus respectivos países. Investigaciones que deseamos también se lleven a cabo en España, pues las ventas de armas de la española Airbus Defence and Space (aviones de transporte militar), de Expal, S.A. (explosivos), Navantia (corbetas de guerra), Instalaza (municiones y proyectiles), entre otras, y que bien podrían estar sujetas a prácticas corruptas, como se ha demostrado el caso DEFEX aún en manos de la Audiencia Nacional. Empresa controlada por el Estado a través de la Sociedad Española de Participaciones Industriales donde se cobraban y pagaban millonarias comisiones en las exportaciones de armas.
Hora es de que se denuncien las corrupciones de unos países de nula democracia, pues demuestran la escasez de la democracia española a través de la falta de transparencia en las exportaciones de armas que favorecen esas prácticas corruptas. Unas exportaciones sujetas a secreto de estado pues sus actas son secretas, de las cuales sólo se informa del país que adquiere armas, pero no de quién es la empresa fabricante, tampoco del tipo de arma (sólo en alguna ocasión). Pues, aunque España goza de una Ley de comercio de armas, ésta, más sirve para ayudar a las exportaciones que no para impedir que contribuyan a alimentar guerras o reprimir los derechos humanos de poblaciones y así hasta ocho apartados que contiene esa Ley y que deberían impedir las exportaciones de material militar.
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