¿Obama Nobel de paz?
Ante la amenaza lanzada por Barack Obama de atacar a Siria hay que preguntarse si ésta es la mejor de las maneras de solucionar el conflicto de Siria y el resto de conflictos nque atenaza a Oriente Próximo.
La decisión de Barack Obama de atacar el régimen de Bachar Al Asad por el uso de armas químicas se ha visto enturbiada por el poco entusiasmo que ha suscitado entre sus aliados. Así, Obama, ha buscado recabar apoyo en dos frentes, en su propio Congreso, que a buen seguro conseguirá; y en la reunión del G-20 en San Petersburgo, donde ha conseguido reunir a diez gobiernos que secunden su decisión. Entonces, es probable que en pocos días EEUU lance sus misiles sobre Siria.
¿Solucionarán alguna cosa esos ataques? Todo indica que no, más bien producirán un efecto contrario, incendiar más la región. Porqué Obama ya advirtió que se trata de un ataque de represalia, pero que el objetivo no es derrocar el régimen. Entonces, haciendo un rápido análisis de conjunto de Oriente Próximo, el ataque lo único que producirá es un agravamiento de la situación. Veamos porqué.
Siria es un país con un enorme peso en Oriente Próximo debido a su fuerte alianza con Irán; en segundo lugar por la enorme influencia que ejerce sobre la política interna de Líbano a través de la milicia chiíta de Hezbola, a quien sostiene y arma; también, por el conflicto que sostiene con Israel por el retorno de los Altos del Golán ocupados por este país; a su vez, Siria, es un país que estuvo en el ámbito de influencia “socialista” de la URSS, y hoy sigue manteniendo relaciones estrechas con Rusia, quien tiene su única base militar en el Mediterráneo. Es decir, Siria es un factor clave en tablero de ajedrez de Oriente Próximo, mucho más de lo que lo fue el Irak de Sadam Husein, país que estuvo fuertemente enemistado con todos los países de la región, incluida la propia Siria.
Entonces un ataque a Siria, indirectamente es un ataque a Irán, la potencia regional del ámbito chiita. Mientras que Arabia Saudí, lo es por parte sunita, quien junto a Catar, Emiratos, Jordania, comunidad sunita de Irak, la Hermandad musulmana de Egipto, y Turquía, la otra potencia, apoyan a los rebeldes. Y por último Israel, que desea destruir la capacidad nuclear de Irán, por la sospecha, no probada, de que aspira a construir armas nucleares.
Ante semejante complejidad de agentes implicados a uno y otro bando del conflicto de Siria. El ataque de castigo de EEUU busca decantar la balanza en favor de los rebeldes que combaten a Al Asad, quizás bajo el supuesto de obligarlo a sentarse en una mesa de negociación con los rebeldes. ¿Pero qué hará la milicia chiita de Hezbola que combate al lado de Al Asad? ¿Disparará sobre Israel, abriendo otro frente y provocando una respuesta e incendiando el Líbano? Y por último, ¿Se implicará Irán en el conflicto? Seguro, pero no lo hará mediante un ataque directo. No hay que olvidar que los iraníes fueron los inventores del ajedrez, y no caerán en la trampa tendida por Obama e Israel. Moverá sus fichas con precaución, saben que el precio del petróleo aumentará de manera importante, eso les favorece, mientras que perjudica a los aliados del ataque. Para Europa el aumento del precio del barril de petróleo agravará la crisis.
Hablar de armas químicas por parte de Obama y sus aliados es de una enorme hipocresía. Recordemos: EEUU ayudó a través de la CIA a conseguir gas sarín al régimen de Sadam Husein en la guerra contra Irán; utilizó agente naranja en la guerra de Vietnam; atacó con fósforo blanco la ciudad de Faluya en Irak (2004). Por su lado, Israel hizo lo propio en Gaza (2009) lanzando bombas de fósforo blanco. Y por último, ¿Quién suministró el gas sarín al gobierno de Al Asad? Pues se acaba de publicar que fue el Reino Unido quien facilitó su fabricación.
Por último, la gran paradoja, EEUU que ha declarado la guerra a Al Qaeda y al terrorismo internacional, que dispara sus misiles contra objetivos yijadistas en Afganistán, Paquistán, Yemen, Somalia…ahora, en Siria, ayuda a los herederos de Bin Laden para combatir a Al Asad y el chiismo.
Sacar músculo y emplear la fuerza en Oriente Próximo solo ha conducido a nuevas guerras. ¿Obama premio Nobel de la paz? Pues en vez de atacar Siria, Obama debería sentar en una mesa de negociación a todas las partes y obligar a Israel a volver a sus fronteras de 1967. Entonces empezaría la paz en Oriente Próximo.
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