Yes, we scan
Estos días estamos escandalizados, algunos indignados por enterarnos que gobiernos como el de Inglaterra o Estados Unidos se están dedicando a espiar a ciudadanos de bien y políticos aliados. Estamos escandalizados por nuestra inocencia y credulidad, no nos pensábamos que nosotros podríamos ser tratados como si fuéramos los malos.
Si nosotros no somos malos, ¿por qué se dedican a leer nuestros correos, mensajes, llamadas, etc? ¿por qué se violan los principios de confidencialidad y privacidad en nuestras comunicaciones? ¿por qué las grandes empresas propietarias de servidores ceden a las presiones de los gobiernos y colaboran con ellos cediéndoles la información?
He aquí que “el ojo del gran hermano” que vigila por todo el mundo, también vigila a ciudadanos irrelevantes; todos somos potencialmente peligrosos, no se sabe de qué, pero lo somos. Esta práctica gubernamental de espiar a ciudadanos ha sido llevada a cabo por Gadafi en Libia o por Bashar al-Assad en Siria, con finalidad política represiva hacia opositores o movimientos políticos opositores. El espionaje ha servido para que el régimen detuviera, torturara, secuestrara y asesinara a opositores políticos.
Pensemos que todo este espionaje forma parte de la denominada “seguridad nacional”. El gobierno español al igual que el resto de países de la UE o Estados Unidos, acaba de hacer pública, no hace más de un mes, la estrategia de seguridad española, la cual enumera como tercera amenaza a la seguridad de los españoles la “ciberseguridad ”, en ella se contempla el riesgo o amenazas de ciberataques, en forma de ciberterrorismo, de ciberdelitos, de ciberespionaje o hacktivismo, contra individuos, instituciones públicas o empresas privadas por parte de grupos terroristas, redes de crimen organizado, empresas, Estados o individuos aislados.
Por el momento parece que los principales agentes de inseguridad en el ciberespacio son las agencias de inteligencia de los Estados, éstos lo espían todo. Estos días hablamos del espionaje a ciudadanos y políticos (del bando de los aliados), pero hace tiempo que hay una gran red dedicada a espiar desarrollos tecnológicos dentro de este área del ciberespacio, tecnologías de tratamiento de información, tecnologías relacionadas en el desarrollo de armas sin control humano, etc., este espionaje industrial y tecnológico está siendo muy importante, ya hace unos cuantos años que empresas de alta tecnología acusan a China de introducirse en sus ordenadores y robar archivos.
En cuanto a los sabotajes, en 2008 Rusia atacó los ordenadores del gobierno central de Georgia, provocando que éste tuviera que trasladar sus servidores a Estados Unidos; en 2010 Irán acusó a Estados Unidos e Israel de un ataque con virus en su programa de centrifugadoras nucleares, con este ataque consiguieron paralizar el programa nuclear un par de años y evitaron utilizar un ataque militar convencional sobre la central nuclear iraní, en el 2011 Canadá acusó en China de atacar las contraseñas de su sistema Financiero. En definitiva las preocupaciones más importantes de los gobernantes, están centradas en el espionaje industrial y el sabotaje.
Las intenciones de Obama hasta que ha surgido el escándalo de espionaje a los políticos amigos estaba centrado en confeccionar un documento en el que se aprobaran represalias diplomáticas y comerciales a países y empresas que practicaran el ciberespionaje. No es un documento dirigido abiertamente al gobierno chino, pero sin duda China estaba en el trasfondo de la propuesta.
Resumiendo, el ciberespacio es el escenario o el nuevo campo de batalla de las guerras, las armas son virus informáticos que borran información o copian información y los soldados son informáticos o ingenieros de telecomunicaciones. El objetivo no es vencer al enemigo, simplemente se trata de atacarlo sin disparar, el ataque es informático y debe ser por sorpresa, debe sembrar el caos o interrumpir el funcionamiento de una infraestructura crítica como la producción de electricidad, el suministro de agua, un satélite de comunicaciones, el software de un drone, etc.
En definitiva, estamos diseñando nuevas formas de guerras, una guerra al alcance de todo el mundo. Para hacer una ciberguerra no se necesitarán batallones militares.
Lea el artículo en Público