Los Días Globales de Acción sobre Gasto Militar (GDAMS) 2024 lanzan el llamamiento “La guerra nos cuesta un mundo. Desarme ya para salvar a las personas y al planeta”
Los Días Globales de Acción sobre el Gasto Militar (GDAMS, por sus siglas en inglés), que este año están teniendo lugar entre el 12 de abril y el 15 de mayo, hacen un llamamiento que quiere apuntar al alto coste de oportunidad que representa el enorme gasto militar, bajo el lema «La guerra nos cuesta un mundo. Desarme ya para salvar a las personas y al planeta». Este período especial de acciones es parte de la campaña GCOMS (Campaña de Acción Global sobre el Gasto Militar) del International Peace Bureau (IPB), que coordina de la mano del Centre Delàs en el Estado español, y tiene por objetivo demandar grandes reducciones del gasto militar mundial y la redirección de estos fondos públicos a atender a las verdaderas necesidades humanas.
El mundo se encuentra en una encrucijada geopolítica, incluso cuando nos alejamos del periodo post-Guerra Fría para adentrarnos en una nueva era de multipolaridad y, sin embargo, resulta inquietante que los líderes mundiales aumenten su dependencia de las soluciones militarizadas.
Ahora, el gasto militar se pregona como una necesidad para mantener todos los aspectos de la seguridad. Al mismo tiempo, ha surgido una gran red de intereses a escala mundial, liderada por muy pocos actores privados supranacionales que controlan empresas e influyen en los gobiernos de forma puramente antidemocrática. Se trata de una red de poder global que incluye y conecta empresas militares y de energías fósiles, y en la cual la militarización no sólo causa la muerte de cientos de miles de personas, sino que también se convierte en responsable instrumental del desastre medioambiental al proteger los intereses de los combustibles fósiles y los actores depredadores. Esta red trabaja, directa e indirectamente, para impedir medidas que podrían aliviar tanto la crisis medioambiental planetaria como el sufrimiento de millones de personas, y no se amilana ante los beneficios de la venta de armas a actores genocidas, como vemos en el apoyo militar prestado a Israel para que continúe sus incesantes ataques contra Gaza. Es necesario por tanto reafirmar el poder democrático en todo el planeta.
El gasto militar no solo alimenta guerras y conflictos armados en todo el mundo, sino que también detrae recursos que podrían dedicarse a abordar el cambio climático, invertir en justicia global (incluidos los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU) y promover la transformación pacífica de conflictos y el desarme. Los ejércitos se encuentran entre los mayores consumidores de combustible del mundo, representando el 5,5% de las emisiones globales, mientras que el uso de productos químicos contamina la tierra alrededor de las bases militares, envenenándola durante generaciones. El uso continuado de minas y municiones de racimo, así como de armamento convencional, deja la tierra inhabitable durante generaciones.
El coste de oportunidad de mantener un gasto militar así, nos está costando, literalmente, un mundo.
Así lo remarca el llamamiento que ha hecho público la campaña, disponible en castellano, en catalán, y otros idiomas.