España se consolida como uno de los principales exportadores

España se consolida como uno de los principales exportadores

El pasado viernes 3 de octubre el Centre d’Estudis per la Pau J.M. Delàs, de Justícia i Pau, presentó en rueda de prensa el Informe 2008 de las exportaciones españolas de armamento (1998-2007), un documento elaborado por Tica Font, vicepresidenta de Justícia i Pau e investigadora del Centro Delàs.

En diciembre de 2007 fue aprobada por el parlamento una ley de control de las exportaciones de armas. Pese a esta aprobación, el informe de las exportaciones españolas del 2007 no aporta un mayor grado de información ni un cambio en la política exportadora.

Las exportaciones del 2007 se elevan a 933 millones de euros, las más elevadas de la historia de España, representan el 2% de las exportaciones mundiales y el 0,5 % del total de la balanza comercial española. En el 2007 España ocupó la octava posición en el ranking mundial de países exportadores.

La nueva ley de control de exportaciones de armas establece que no se deben vender armas a países sancionados, inestables, en conflicto armado, que vulneren los derechos humanos, que no condenen el terrorismo o que tengan un nivel de bienestar delicado. A la vista de esto, la autora del informe, la vicepresidenta de Justícia i Pau, Tica Font, se pregunta, “como se deben interpretar, pues, las exportaciones en Turquía, Arabia Saudí, Marruecos, Ecuador, Colombia, India, Israel, Venezuela, Emiratos Árabes Unidos, Indonesia, Singapur, Tailandia, Sri Lanka, Angola, Ghana, Pakistán y Kenia?”.

España exporta a países en conflicto como Colombia o Israel, o a países en un contexto de tensión como Filipinas, Indonesia y Sri Lanka. También exporta a países que intervienen en conflictos, como es el caso de Estados Unidos y Reino Unido que mantienen tropas de ocupación ilegal en Irak y Afganistán. También exporta a los países más pobres del mundo como Burkina Faso, Angola, Kenia y Mauritania e incluso a países que dedican más recursos a gasto militar que al desarrollo humano, como es el caso de Angola, Arabia Saudí, Brasil, Ecuador, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Pakistán y Turquía.

Especialmente relevante es el caso de Ghana, el primer país pobre receptor de armas cortas y ligeras españolas, que en el 2007 recibieron armas cortas por valor de 3,6 millones de euros. La Comunidad Económica de Estados del Africa Occidental decretó en 1998 una moratoria en Ghana sobre importación, exportación, producción y distribución de armas cortas y ligeras y alertó sobre la proliferación descontrolada de estas armas en el país, así como el riesgo de tráfico ilícito desde Ghana hacia países vecinos, algunos de ellos en conflicto, en situación de postconflicto o de tensión como Togo, Nigeria o Costa de Marfil.

El informe del 2007 recoje también exportaciones de material de defensa a empresas privadas y para uso privado a los EE.UU., Indonesia, Canadá, Reino Unido, Francia o Bélgica. “Estas empresas podrían ser multinacionales de defensa parecidas a Blackwater o ArmorGroup, ¿significan estas exportaciones que España participa en la privatización de la guerra?”, se pregunta Font.

Tica Font, del Centre d’Estudis per la Pau JM Delàs afirma que ”el nivel de transparencia informativa, por parte de nuestro gobierno, sigue siendo insuficiente, el gobierno somete estas exportaciones a la ley de secretos oficiales y no informa de las armas que se han exportado a cada país, cuando conocer las exportaciones de armamento español no supone ningún riesgo por la seguridad y defensa del Estado. En un Estado democrático, el Gobierno no puede utilizar el secreto de Estado para favorecer las exportaciones de armas ocultando sus decisiones a los ciudadanos. La política que practica el Gobierno es una política irresponsable, puesto que las armas empeoran la inestabilidad regional o mundial, favoreciendo el aumento de conflictos latentes y alargan los conflictos existentes”.



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