Armas por petróleo

Armas por petróleo

Los presidentes Zapatero (España), Chávez (Venezuela), Lula (Brasil) y Uribe (Colombia) se reunieron en una cumbre ibero-latina en Venezuela la declaración conjunta que realizaron quedó ensombrecida por la firma de venta de armas que España formalizó con Venezuela.
Centre Delàs (abril 2005) Materiales de Trabajo, núm.26

Los presidentes Rodríguez Zapatero (España), Hugo Chávez (Venezuela), Lula da Silva (Brasil) y Álvaro Uribe (Colombia) se reunieron en una cumbre ibero-latina en Venezuela y lanzaron una declaración conjunta a favor de la paz, y del dialogo como la mejor solución a los conflictos; criticaron las acciones unilaterales; pidieron la reforma y democratización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas; respeto a la soberanía de los estados; al derecho internacional y a los derechos humanos; y también que contribuirán a combatir el terrorismo y el narcotráfico. Y entre lo más positivo, se pidió cambiar la deuda por educación, y combatir la pobreza como “la mayor dolencia mundial”.

Una declaración que a nosotros nos parece una palabrería inútil si consideramos lo que aconteció a continuación. Las visitas de Lula y Zapatero a Venezuela iban acompañadas de un gran acuerdo de venta de armas a ese país. Zapatero firmó un contrato por un importe de 1.300 millones de € -la mayor venta de armas realizada por España en su historia- para el suministro de 10 aviones C-295 y 2 C-235 de vigilancia marítima que fabricará EADS-CASA; 4 patrulleras costeras; 4 corbetas F-30; más tres buques civiles, 2 asfalteros y 1 petrolero Panamax, todos fabricados por Izar.

A su vez, Brasil suministrará a Venezuela 24 aviones de combate Super Tucano y 12 cazabombarderos AMX-5 todos suministrados por la aeronáutica militar brasileña Embraer. Otra importante compra realizada por el gobierno de Hugo Chávez está en curso con Rusia, donde acaba de adquirir 40 helicópteros de combate, armas antiaéreas y 100.000 Kalashnikov. Es bueno saber que las fuerzas armadas venezolanas cuentan con 34.000 efectivos. Unas compras que en total alcanzan la cifra de 5.000 millones de dólares.

No podemos dejar de preguntarnos como se puede, por un lado, lanzar llamamientos para combatir la pobreza, mientras por otro se venden armas. ¿Es que acaso las armas ayudaran a erradicar la pobreza de Venezuela, o antes al contrario, representarán un desvió de recursos a fines miliares que serían mucho más necesarios para el desarrollo humano de su población?.

Además de agravar las tensiones en la región, pues se debe recordar que las compras de Venezuela vienen después del rearme de Colombia llevado a cabo por EEUU y que ambos países a pesar de las buenas palabras tienen contenciosos no resueltos, el incremento de armamento sólo conducirá a aumentar la tensión entre los países vecinos. Es más, Zapatero para desagraviar a Colombia, le ha donado 3 aviones de transporte militar C-312 usados y material militar para luchar contra el terrorismo, además de negociar ventas de helicópteros militares.

Con respecto a estas ventas españolas, la explicación ha de buscarse en clave interior, no en la política exterior o en cuestiones éticas que aconsejarían no vender armas a un país empobrecido y con conflictos regionales. Pero éstas cuentan poco cuando prima el interés económico interno. Las ventas a Venezuela tienen dos contrapartidas: asegurar carga de trabajo para los astilleros en crisis de Izar; y firmar un acuerdo entre Petróleos de Venezuela y Repsol-IPF para pasar de 100.000 a 160.000 barriles de petróleo diarios de suministro a España.

En este contexto el argumento utilizado por Chávez o Zapatero de que se trata de armas defensivas es falaz. ¿De quién tiene que defenderse Venezuela, acaso de EEUU? Si bien es cierto que EEUU ha lanzado amenazas contra Venezuela, es inocuo pensar que esas armas pueden hacer frente al su poderío militar. Por tanto, no podemos dejar de manifestar nuestro convencimiento de que en la ecuación del compromiso por la paz, el diálogo, el respeto a los derechos humanos y el desarrollo de los territorios, la compra e incremento del armamento tiene siempre un signo negativo, divisorio, especulador y malversador para las sociedades humanas.



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