Agències de Crèdit a la Exportació: complicitat dels estats del Nord en els negocis bruts (2)
De todos son conocidos los numerosos recursos que a lo largo de la
historia han usado los estados industrializados y ricos del Norte para
poder hacer negocios lucrativos que impliquen a los países pobres del
Sur, como la extracción y explotación de sus recursos naturales, la
venta de dudosos proyectos disfrazados de ayuda al desarrollo, o la
venta de armas. Muchas veces, el riesgo que supone el proyecto del
negocio con el país de destino, debido a su pobreza o inseguridad
estructural, desaconseja la participación de las grandes entidades de
financiación internacional, como el Grupo del Banco mundial, que se
niegan a financiar a las empresas implicadas.
Francesc Benítez. Materiales de Trabajo núm.32 (setiembre 2007)
En este escenario es donde intervienen las denominadas Agencias de Crédito a la Exportación (ECA, por sus siglas en inglés de Export Credit Agencies) que son empresas aseguradoras con capital público y privado. El mecanismo habitual de intervención es el siguiente: Una compañía AA del estado A quiere hacer una gran venta de materiales o servicios a otra compañía BB del estado B, pero este estado muestra muy poca o nula solvencia en los indicadores financieros internacionales, o incluso ya tiene una gran deuda externa. Entonces, la compañía AA se pone en contacto con la ECA de su estado explicándole su proyecto, y ésta le proporciona un seguro por el valor de la venta que se ejecutaría si la compañía BB dejase de cumplir con los pagos comprometidos.
Para hacer este seguro, la ECA de A, debe hacer “firmar” un contrato a BB y a B de forma que el estado B avale a la compañía BB mediante la denominada Garantía Soberana por la cual el estado B se compromete a cumplir con las obligaciones de pago relativas a la amortización del capital que se debe a A, en caso de quiebra de BB. Con este perverso mecanismo, las pérdidas que habría tenido AA por la quiebra de su negocio las está aportando el estado B en forma de deuda externa nacional contra el estado A, debido a la subsidiariedad pública de su ECA.
Actualmente todos los estados industrializados tienen una ECA, aunque también se puede encontrar en algunos estados latinoamericanos, como Brasil o México. No hace falta decir que estos organismos tienen una responsabilidad fundamental en cuanto a los efectos más perversos y negativos de la globalización económica en los estados pobres o en vías de desarrollo, como es el caso de la generación de la mayor parte de la deuda externa actual. Otro tanto ocurre con la realización de proyectos de infraestructura o de extracción de recursos naturales con grandes impactos en el medio ambiente, o la financiación de la venta de armamento. En Francia y Reino Unido, el 30% de las actividades de las ECA están destinadas a financiar y asegurar la venta de armas.
En el estado español, la ECA es una compañía de seguros denominada Compañía Española de Seguros de Crédito a la Exportación (CESCE(1)), compuesta por un 50,25% de capital público y por un 49,75% de capital privado(2). Entre otros productos en el sector de los seguros por cuenta propia, esta compañía cubre por cuenta del Estado los denominados riesgos comerciales a largo plazo y los riesgos políticos en todos sus plazos, que son parámetros que tienen en cuenta las compañías españolas en sus actividades exteriores. Los primeros se refieren a situaciones posibles de las empresas privadas como quiebras, suspensión de pagos, morosidad prolongada. Los segundos están relacionados con las actuaciones soberanas de los estados, como la omisión de transferencia de divisas, los impagos de compradores públicos, las catástrofes y las guerras, revoluciones o conflictos similares.
Uno de los aspectos más negativos del funcionamiento del CESCE es que sus actividades están amparadas por el secreto y la confidencialidad sobre la información y los datos de sus asegurados tal como aparece en el texto que configura su marco legal de actuación (Orden ECO/180/2003, de 22 de enero). A pesar de esto, gracias al seguimiento de sus actividades, por parte de diversos observatorios nacidos de movimientos sociales, como ECA Iberia(3), se han podido conocer algunos datos interesantes, como por ejemplo que a finales de 2002, la deuda externa debida al CESCE era el 52% del total y llegaba a los 6.013 millones de euros; o que el 54% de sus operaciones en 2002 se produjeron en estados con un nivel muy deficiente de control democrático(4).
En cuanto a su relación con el comercio de armas, en este momento es prácticamente imposible tener datos fiables debido a la cláusula de confidencialidad anterior, pero por otras vías se ha mostrado su relación en la financiación de ventas de armas a Ecuador o en operaciones de exportaciones a Irak dirigidas a su “reconstrucción”. En cualquier caso, si se examina la difícil situación que padece parte del sector armamentístico español, así como las pérdidas que muestran de manera global los seguros sobre las ventas de armas, se puede deducir fácilmente que las actividades del CESCE en este terreno responden a la voluntad política de apoyar y subvencionar con dinero público, pero de forma encubierta, el sector de la industria de armamento(5).
Finalmente, querríamos acabar con la mención de las recomendaciones con las que concluye el informe European Credit Agencies and the financing of arms trade realizado por un grupo de investigadores que pertenecen a la European Network Against Arms Trade acerca del análisi de 12 ECA de estados de la Unión Europea(6):
– La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) debería ampliar el criterio de gasto no productivo a las compras de armamento, para evitar que éstas sean motivo de préstamos y/o financiación(7).
– La OCDE, la UE, y los estados europeos deberían obligar a las ECA a dar información de cada transacción y operación en que participen.
– Las ECA deberían excluir las compañías condenadas por pagar sobornos.
– Como la utilización de las ECA por parte de las empresas dificulta el cumplimento del Código de Conducta de la UE sobre Exportación de Armas, se debería excluir la venta de armas de las funciones de las ECA.
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Notas:
1 Hay diferentes páginas web relacionadas con sus productos y servicios: www.cesce.es, www.informa.es y www.cesceriesgopais.com
2 Los bancos Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, Banco Santander Central Hispano, Banco Español de Crédito, Banco de Sabadell i el Banco Popular tienen un consejero en CESCE.
3 La página web del observatorio ECA Iberia es www.eca-iberia.org. Otro observatorio de ámbito más global es el ECA Watch en www.eca-watch.org
4 Datos obtenidos del ECA Iberia en www.eca-iberia.org
5 Ídem.
6 El informe completo se puede encontrar en www.enaat.org/publications/ECA-ArmsTrade.pdf
7 Los países de la OCDE han acordado no prestar dinero a los países más empobrecidos para gastos improductivos. Las armas evidentemente lo son, pero bajo la excusa de que son vitales para la “seguridad nacional”, para poder combatir el tráfico de drogas, el contrabando o la piratería, se abre la puerta a la financiación de todo tipo de compra de armas y equipamiento militar.