La banca y el negocio de las armas
¡NO CON NUESTRO DINERO! Hemos querido dedicar este nuevo Materiales
de Trabajo a un aspecto del que se habla poco: la implicación de las
entidades financieras, bancos y cajas de ahorros en el negocio de las
armas, abordando diferentes aspectos de esta relación.
Centre Delàs. Materiales de Trabajo, núm 32 (setiembre 2007)
En la actividad del Centre Delàs hemos venido denunciando, y no nos
cansaremos de ello, el efecto negativo que tiene la industria y el
comercio de armas para la paz. No es casual que el Delàs naciera, hace
ya veinte años, como C3A, es decir Campaña contra el Comercio de Armas.
Pero pocas veces se aborda la responsabilidad que la banca, el mundo
financiero, tiene en este macabro negocio.
Es importante prestar
atención a este tema, porque nuestra implicación como ciudadanos y
ciudadanas en la industria militar y el comercio de armas está
determinada por las políticas públicas que hacen los gobiernos y la
utilización que hacen de los impuestos que pagamos para comprar las
armas y subvencionar la industria y la investigación militar. En el caso
de la banca, con una parte de nuestros ahorros se ayuda a empresas que
en otros lugares del planeta destrozan el medio ambiente, vulneran los
derechos humanos, empobrecen a la gente, y hacen la guerra a través de
negocios en la industria militar y el comercio de armas.
Las
entidades financieras participan de varias maneras en este negocio. Por
un lado invierten directamente, a través de participaciones
accionariales, en las principales industrias militares, consolidando las
ganancias obtenidas en las cuentas de resultados propios. Por otro
lado, debido a la propia actividad comercial, proporcionan financiación a
las industrias militares a través de la concesión de créditos e
intermediando en las transacciones entre vendedores y compradores de
armas. El rol que juegan las instituciones financieras en el comercio
internacional de armas no es indispensable, porque los fabricantes,
comerciantes y compradores necesitan apoyarse en la banca para dar
fluidez y seguridad a los pagos, así como disponer de la posibilidad de
obtener financiación, ya sea con anticipos o con créditos. Detrás de
cada operación de venta de armamento hay una o más entidades financieras
que le dan un apoyo sin el cual sería muy difícil que la operación se
materializara, de lo que obtienen una sustanciosa comisión y beneficio.
El papel de la banca en el negocio de las armas se oculta de diversas
maneras. A pesar de que las participaciones accionariales en las
empresas fabricantes de armas son públicas, no merecen el interés de los
grandes medios de comunicación y requieren de centros de estudio como
el nuestro para dar visibilidad a los datos y facilitar su difusión.
Tampoco se da información pública de la financiación que proporcionan a
la industria militar, ni de los créditos que conceden a los fabricantes
de armamento. Por último, la información que el gobierno español está
obligado a dar sobre las exportaciones de armas no incluye ninguna
información sobre las entidades financieras que en ellas intervienen.
Los datos relativos a la participación de las entidades financieras en
el negocio de las armas son preocupantes. En este número avanzamos
algunos, como el hecho de que el BBVA haya participado en varios
créditos sindicados a la empresa norteamericana Raytheon y a la francesa
Thales, que fabrican, entre otras, municiones cluster, que tienen el
mismo efecto que las minas antipersona, razón por la cual se está
pidiendo internacionalmente su prohibición. Llama también la atención la
participación del Banco Santander Central Hispano en créditos a EADS,
principal empresa europea de aviación militar; o que tres cajas de
ahorros (Caja Madrid, Caja Asturias y Caja Cantabria) sean los
accionistas mayoritarios de Indra, la principal industria de innovación
tecnológica en electrónica del Estado español, y que dedica entre un 40 y
un 60% de su actividad a la producción militar. Por otra parte, gracias
a la información sobre los intermediarios financieros de las
exportaciones de armas que, a diferencia del gobierno español, sí que
proporciona el gobierno italiano cuando informa anualmente sobre las
exportaciones de armamento, hemos podido saber que el BBVA participa de
manera muy importante en las exportaciones italianas de armas., como
muestra que en 2002 intervino en el 29,60% del volumen de exportaciones.
Tenemos derecho a saber. No se puede seguir ocultando la implicación de
bancos y cajas de ahorros en el negocio de las armas. El gobierno debe
dar información sobre la intermediación financiera en las exportaciones
de armas y las entidades deben dar información a clientes e inversores
sobre su participación en el negocio de la guerra.
¡No con
nuestro dinero! Como ahorradores debemos saber dónde depositamos nuestro
dinero y exigir a las entidades financieras transparencia. En un
momento en que las grandes empresas desean presumir ante la sociedad
como empresas socialmente responsables, es el momento de pedirles
responsabilidad y que se retiren del negocio de las armas.