Astilleros y los sindicatos

Astilleros y los sindicatos

(Article no disponible en català).   Les mobilitzacions realitzades pels sindicats en la negociació colectiva del conveni de IZAR (drassanes navals) han estat motiu de moltes informacions. El que ningú comenta, ni sindicats ni patronal, és que IZAR és una empresa de producció militar.  
Pere Ortega (16-5-2004), Noticias Obreras núm 1360.



La negociación por un nuevo convenio laboral en Izar ha enfrentado a la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) con los sindicatos. Las imágenes de los altercados se han convertido en noticia sobredimensionando la violencia de los enfrentamientos. Pero existe otra violencia relacionada con la producción de Izar de la que no hablan los sindicatos y mucho menos la patronal. Izar es una industria de producción militar.

La empresa estatal Bazán, dependiente de la SEPI del sector militar naval, en julio del 2000 fue fusionada con la también estatal Astilleros Españoles Civiles (AESA) del sector civil, dando como resultado la nueva industria naval IZAR. Ambos astilleros atravesaban una grave crisis y el Ministerio de Industria decidió su fusión. En realidad se trataba de una estratagema delante de la Comisión de Industria de la Unión Europea que había lanzado serias advertencias por las ayudas públicas concedidas a Astilleros por el gobierno español, que impide subvencionar industrias civiles, no así a las militares que, debido a su carácter estratégico pueden continuar recibiendo ayudas.

Los astilleros civiles españoles sufrían una fuerte crisis debido a la competencia de otros países, especialmente de Indonesia y Corea del Sur. Las pérdidas millonarias de ambas industrias llegaron en el último decenio a tener una deuda acumulada de 2.454 millones de € en Astilleros y 635 millones de € en Bazán.

Pero mientras en Astilleros flaqueaba la carga de trabajo, en Bazán se habían conseguido suculentos encargos por parte del Ministerio de Defensa español y algunos países extranjeros. Tales como:

Se construyó un Portaviones para Tailandia por 181 millones de euros.
Dos submarinos S-80 (el Scorpene francés) para Chile por 180 millones de €, y otros dos submarinos más para Malaisia.
Cinco Fragatas para Noruega de 5115 tm. Por 1.320 millones €
En estos momentos se negocia con Israel la fabricación de 2 corbetas de 2.600 tm. por 1.000 millones €.
3 fragatas para Chile (en negociación)
5 fragatas y patrulleras para Filipinas (en negociación)
Fragatas para Grecia (en negociación)
Submarinos Scorpene y cazaminas con India (en negociación)
Submarinos Scorpene y un buque de asalto con Portugal (en negociación)
Submarinos Scorpene y fragatas con Corea del Sur (en negociación)
Y para la armada española contratos para:

4 fragatas F-100 de 5800 tm. por un importe de 1.983 millones €.
4 submarinos S-80 por un importe de 1.760 millones €, para entregar entre el 2009 y el 2014.
Un buque de proyección LLx, un megabuque de 25.000 tm. de proyección estratégica, para transportar 1.500 soldados a lejanos escenarios LHD por un coste de 360 millones de €.
Cazaminas y vehículos anfibios.
Un buque de avituallamiento para entregar el 2009 por un importe de 230 millones de €.
En enero de 1999, Izar junto a Lockheed Martin formó el consorcio Advanced Frigate Consortium con la finalidad de concurrir conjuntamente al mercado internacional con fragatas y buques de escolta nuevos como la F-100 española, e incorporar el sistema antiaéreo AEGIS.

También se creó el consorcio Scorpone entre IZAR y la empresa francesa DCNI en 1991, con la finalidad compartir al 50%, la definición de un submarino convencional de tercera generación así como su comercialización y construcción.

Y más recientemente junto al astillero alemán HDW han suscrito un acuerdo para desarrollar un proyecto de submarino militar de pequeño tamaño.

Pero a pesar de la fusión de Bazán con Astilleros y los nuevos consorcios internacionales, las pérdidas prosiguieron y en el año 2003 Izar cerró con pérdidas de 30 millones de €. (120 en el 2002). Y el nivel de ocupación en los últimos tres años se ha mantenido en un 88% de la plantilla, en parte, gracias a los pedidos militares. Estas previsiones, descenderán a un 75% debido a la escasez de nuevas contrataciones. Ante esta situación el gobierno aprobó un paquete de ayudas de 300 millones de euros. Pero estas ayudas deberán salvar el obstáculo de la Comisión Europea de la UE que puede impedir se produzcan. Ya en el año 2001, Izar recibió un inyección de capital por parte del estado por un importe de 1.477 millones de € más otros 515 millones de € para diferentes factorías. La Comisión Europea abrió un expediente (mayo 2003) aduciendo que se trataba de ayudas encubiertas, lo cual está prohibido por la Comisión de Competencias. El gobierno adujo en su descargo que se trataba del sector militar de Izar y no del civil, lo cual permitiría salvar a Izar delante de Bruselas. El tribunal de competencias aún no ha dictaminado y no sabemos como acabará la denuncia.


* * *

En el debate sobre el nuevo convenio laboral en Izar han trascendido los enfrentamientos, pero, en cambio, no ha aparecido la cuestión que debería preocupar a sindicatos y opinión pública, que Izar dedica el 50% de su producción al sector militar. ¿Se puede ser indiferente a la producción militar, cuando ésta se destina a unos artefactos que pueden ser usados para destruir vidas humanas, bienes ambientales y materiales? Los sindicatos históricamente han rechazado las guerras y se han proclamado a favor de la paz, los derechos humanos y la solidaridad internacional entre trabajadores. Entonces, deberían ser los primeros interesados en llevar a cabo una conversión de la producción de armamentos y pasar a la producción civil, e implicarse en realizar propuestas de viabilidad para diversificar la producción. Propuestas que deben afrontarse desde una perspectiva global, integrando los aspectos económicos y sociales, e intentando implicar a las autoridades locales, autonómicas, centrales, empresarios y asociaciones de profesionales que pueden aportar una ayuda técnica muy valiosa a la hora de llevar a cabo los estudios de conversión e intentar minimizar el impacto negativo que pudiera producirse.

Evidentemente no se trata de una cuestión sencilla la que se plantea y muchas veces, a pesar de las mejores intenciones, no va a ser posible conseguirla y se va a imponer el cierre de la industria. Es por ese motivo que un proyecto de conversión debe contar con el mayor número de complicidades para llevar a cabo un plan integral de desarrollo de la zona afectada por el cierre de la industria, desarrollando una estrategia de puesta en marcha de industrias y servicios que permita la recuperación del tejido productivo de la localidad con una política de planificación que contemple todas sus magnitudes y posibilidades.

AÑOS 1990 1995 1997 20012 2002 2003
Nº. Trabajadores 9613 7427 7352 5352 5769
Resultados 110 -8893 -12381 -154,52 -120,75 -30,28
Ventas totales 54.229 59.307 71.357 1.156 1.536 1.711
Ventas militares 47.000(87%) 41.515(70%) 62.150(87%) s.d. s.d. s.d.
Exportaciones militares 1407 18.467 19266 s.d. s.d. s.d.

1 Bazán partir del 2000 se fusionó con Astilleros Españoles y pasó a llamarse IZAR
2 A partir del 2001 se expresa en euros.



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