Las violencias en el mundo

Las violencias en el mundo

Acabada la Guerra Fría enos encontramos que ha habido un cambio substancial en en la violencia armada, si antes se enfrentaban grupos que obedecían a ideologias concretas, ara nos encontramos que la violencia armada no obedece a ideologias y sí causas muy ligadas al control de territorios, recursos o economia delictiva.
Tica Font, ponencia presentada en la Universitat Internacional per la Pau de Sant Cugat, julio 2005.

Las violencias en el mundo

En este documento querría plantear tres cuestiones, la primera de ellas sería la tesis de Peter Lock que apunta a que la violencia bélica, en un mundo globalizado, se transforma en «violencia reguladora», violencia que es utilizada como medio predominante de regulación económica y social en las zonas «de apartheid» social que crecen en cualquier parte del mundo. En la segunda cuestión, relacionada con la primera, quiero abordar la relación entre población – demografía con seguridad, conflicto y violencia, relación que está en la base del terrorismo internacional. Finalmente y como tercer aspecto, querría comentar la aparición en el panorama mundial de las multinacionales de defensa y la consecuente privatización de la guerra. Las tres cuestiones representan un reto para el movimiento por la paz, requieren reflexión y propuestas de acción.

Primera cuestión «la violencia reguladora». Peter Lock (1)

En los últimos 50 años el movimiento por la paz ha dedicado buena parte de sus esfuerzos a realizar campañas alrededores de dos ejes, campañas contra la guerra y campañas contra las armas de destrucción masiva. En la actualidad estos dos vectores continúan teniendo un peso importante en las organizaciones pacifistas y en las campañas tanto locales como internacionales; pero empiezan a surgir reflexiones como las de Peter Lock que invitan al movimiento por la paz a que abra su mirada y su campo de acción y a que nos plantearnos la necesidad de abordar la violencia ligada a la esfera económica de la globalización. El movimiento por la paz ha ido dando respuesta a la violencia física política, donde uno de los actores ha sido el Estado. Peter Lock nos propone, en una serie de ponencias y artículos, que las nuevas guerras que surgen en el marco de la globalización apuntan hacia la transformación de la violencia bélica hacia una violencia de regulación económica y social. Aceptar esta tesis, representa un reto para el movimiento por la paz, representa que hemos de abrir nuestro campo de acción a otras violencias.

De forma sintética intentaré fundamentar la violencia que Peter Lock nos pone como reto al movimiento por la paz.

Transformación de la violencia bélica.

Los conflictos de post Guerra Fría ponen en crisis el término «guerra»; este término lo hemos utilizado para describir situaciones con un elevado índice de violencia y con causas políticas o ideológicas (conseguir el poder, conseguir autonomía o independencia). Pero la realidad de los nuevos conflictos difumina el sentido del término guerra, el nivel de violencia dentro de una sociedad ya no es un atributo suficiente para tipificar una situación violenta como de guerra. En cuanto a la intensidad del conflicto nos podemos encontrar con que en El Salvador durante el periodo de guerra había una media anual de 6.250 muertos en 1995 y en tiempo de paz el número de muertes por arma fue de 8.500; en Sudáfrica en 1989 durante el aparheit fueron asesinadas 12.000 personas y en 1997 cuando ya estaba abolido el apartheit fueron asesinadas 27.000; o en Brasil dónde hay más de 40.000 víctimas al año por arma y no hay declarada ninguna guerra y no aparece en ningún observatorio de conflictos; lo mismo que pasa en México, Guatemala, Venezuela, Nigeria o Rusia. Del mismo modo que la frontera entre legalidad e ilegalidad se ha difuminado, en el caso de las nuevas guerras el estado de guerra y de paz también son términos relativos, no son periodos absolutos y contrapuestos, por no decir que ya no se declaran las guerras, o que las treguas de paz son tan frecuentes como sus incumplimientos. Los niveles de violencia, muerte y desplazamientos en tiempos de paz pueden llegar a ser similares o superiores a los tiempos de guerra.

En otros aspectos más formales, por influencia del cine tendemos a pensar que la guerra es una cuestión de los estados y que son los militares los que llevan a cabo la guerra. En cambio las imágenes que tenemos de las nuevas guerras postmodernas a través de los informativos de televisión, no son guerras entre estados y nos muestran a jóvenes, a menudo adolescentes con un kalashnikov a las manos, descalzos o con bambas Nike, o paramilitares con gafas de sol oscuras Rayban a fanáticos con turbante que rezan sobre una alfombra junto a su rifle… Las nuevas guerras se caracterizan por una desmilitaritzación de la violencia y por la incorporación de nuevos actores como bandas paramilitares, unidades de autodefensa, mercenarios extranjeros, mafias, grupos terroristas… que no responden a ningún estereotipo, no se asemejan a los guerrilleros de los años 70 y no presentan referencias ideológicas o políticas claras.

En los conflictos actuales la población civil se ha convertido en el escenario del conflicto, en objeto de la violencia; el 90% de las víctimas son civiles, no son militares. Con respecto a los métodos de lucha hay que destacar, el genocidio, la limpieza étnica, la violación de mujeres, matanzas colectivas, mutilaciones, grandes desplazamientos de población, secuestros, robo… La destrucción del sistema económico productivo: minar tierras de cultivo, destrucción de infraestructuras: carreteras, puentes, centrales eléctricas… la destrucción de viviendas… todo esto junto con el miedo, conduce a los supervivientes al desastre y el caos, a abandonar tierras y pueblos. Las estrategias y métodos de lucha tienen como objetivo la población civil. A menudo se ha utilizado la violencia como una forma de visualizar e internacionalizar el conflicto; de que los medios de comunicación se hagan eco. En estos conflictos no hay prisioneros de guerra y el derecho internacional no sirve para limitar la acción violenta entre las partes.

Muchos de estos asesinatos no tienen una relación clara con los problemas políticos del conflicto y reflejan la persistencia de una economía política violenta pese a la ausencia de guerra. Las relaciones sociales dentro de una paz violenta pueden ser muy similares a las existentes en tiempos de guerra.

Marco económico de la globalización.

Todos estos cambios se dan en paralelo a los cambios que sufre la economía en el periodo que se denomina de globalización. En concreto solamente haré mención a una característica, de esta fase o periodo de la economía, la liberalización del capital financiero; que consiste en la movilidad, sin control ni regulación, del capital financiero de cariz especulativo. En los mercados internacionales domina el capital financiero respecto del capital productivo. Hace más de 30 años el 90% de los intercambios internacionales estaban atados a una economía real, basada en el comercio de productos y en las inversiones a largo plazo, mientras que en la actualidad, estos intercambios solamente representan el 5% del cerca del billón y medio de dólares que se mueven; se trata de flujos de capital especulativo a muy corto plazo, incluso a un día, de los cuales el 80% corresponde a transacciones de menos de una semana.

Hoy en día, las bolsas de Londres, Nueva York y Tokio, gracias a las nuevas tecnologías, están conectadas las 24 horas del día, y se mueven unas cantidades de dinero que ningún gobierno puede controlar y a unas velocidades espectaculares, como lo demuestra que estas son 150 veces superiores a la cantidad de dinero que necesita la economía productiva.

Este proceso de liberalización financiera significa que los estados no intervienen para nada y dejan libertad de movimiento a los flujos financieros. Esto se justifica con la excusa que cualquier intención o práctica de intervención provoca inseguridad y pánico a los inversores, con lo cual los capitales huyen del país. Con esta práctica los inversores evitan toda clase de controles y el pago de impuestos en el país en qué actúan.

La desterritorialització del mercado o desaparición de fronteras que representa esta modalidad de globalización está erosionando las bases tributarias de los gobiernos, debilitando su capacidad para gravar impuestos sobre el resultado de esta actividad financiera, es decir, sobre los beneficios y ganancias obtenidas con la especulación y las inversiones de las grandes corporaciones. Dado que los capitales o dinero de los países más desarrollados se encuentran en continuo movimiento en cualquier parte del mundo, es difícil detectar qué parte de estos capitales son verdaderamente ganancias y objeto de gravamen y cuales son los países que tienen la capacidad para aplicar el sistema impositivo sobre las mismas ganancias.

Este importante volumen de capitales que navegan por el ciberespacio da rendimientos sin que sea necesaria la intervención de los estados, ni de factores de producción, como el trabajo, con lo cual se obtienen grandes volúmenes de renta, a través de los beneficios, sin llevar a término ninguna actividad productiva de la cual disfrute la sociedad en general, es decir, no se obtiene ninguna mercancía que sirva para la satisfacción de alguna de las necesidades más básicas y fundamentales que tienen los seres humanos.

Esta liberalización del capital financiero conlleva, como ya se ha dicho, un debilitamiento de la base tributaria y un debilitamiento en la capacidad del Estado para recaudar impuestos ligados al sector económico más dinámico y que cuantitativamente más dinero mueve. Este elemento que acabo de mencionar, junto con otros, está provocando una erosión del Estado.

El Estado siempre había intervenido en la economía fijando los límites territoriales del mercado, garantizando el valor de la moneda, regulando el comercio, normalizando los movimientos de capital, las relaciones laborales, etc. El papel del Estado ha estado por excelencia equilibrar el mercado con equidad social (universalización de la enseñanza, la sanidad, la protección social, el paro, etc.), es decir recaudar impuestos y redistribuir la riqueza. Actualmente, el papel del Estado en una economía global chirría. Los estados no tienen los medios para oponerse a los mercados porque ya no controlan los cambios y flujos de dinero, la información, etc.

Los estados están cediendo posiciones en el terreno económico ante la internacionalización de la producción, el comercio y las finanzas. En este ámbito las políticas económicas nacionales tienen poca eficacia debido al poder de organismos internacionales cómo: la OMC, el BM, el FMI, el Banco Central Europeo, etc., que son organismos al servicio de los intereses económicos mundiales y que controlan las economías nacionales y que han sido instrumentos eficaces para la potenciación de la globalización económica.

Cómo he mencionado antes los nuevos conflicto no se producen entre Estados, lo que comporta que el Estado está perdiendo el monopolio del uso de la violencia, los militares son un actor más en el uso de la violencia. El hecho de aparecer nuevos actores supone que aparezcan nuevas formas de financiación de los conflictos y en definitiva formas de apropiación de los recursos cómo: maderas tropicales, participación en los mercados ilegales de drogas, armas, diamantes…, protección de personas, protección de empresas, la practica del saqueo, robo, extorsión, la toma de rehenes, apropiación de tierras o bienes tras la expulsión de la población de un territorio…

Los señores de la guerra o hombres fuertes controlan una zona y explotan los recursos de aquel territorio, son personajes que han sido capaces de aprovechar los cambios que aporta el proceso de globalización para crear vínculos con el mercado mundial, utilizar las compañías extranjeras y establecer una autoridad local.

En resumen, la globalización se caracteriza por la simultaneidad de tres factores, por un lado el crecimiento económico, por el otro la pérdida de control por parte del Estado de los flujos económicos y en tercer lugar por un aumento de la polarización social dentro de los estados y entre los estados.

En este marco Peter Lock analiza la economía mundial como un sistema formado por tres esferas interconectadas.

La primera esfera, la de la economía normal o economía nacional, la legalmente operante, la que se estudia de forma oficial y de la que se habla, se realizan investigaciones y de la que se publica. En esta esfera de la economía es dónde se recogen los impuestos, es la que fundamenta o da sentido al Estado y es en la que transcurre la vida del mundo industrializado.

La segunda esfera, la de la economía informal, es la esfera dónde se mueve la mayoría de la población mundial, es la esfera dónde se organiza la supervivencia de la mayoría de la población. En esta esfera las actividades económicas no son registradas ni contabilizadas, están organizadas al margen del Estado, al margen de la ley y las normas, no pagan impuestos y no reciben prestaciones ni protección por parte del Estado.

Esta esfera de la economía es muy importante en el Sur. Por ejemplo en Angola solamente el 10% del PIB se produce través de prácticas económicas convencionales (legalmente establecidas y reglamentadas públicamente). En Mozambique se estima que la economía formal representa el 50% del PIB, mientras que Kenia o Rusia no pasa del 40%. De hecho en casi todo el Sur se estima que la economía formal solamente constituye la mitad de la economía total. En el caso más extremo tenemos Somalia dónde no existe economía formal.

En los países industrializados, dónde predomina la esfera formal, también hay economía informal, por ejemplo los trabajadores inmigrantes sin papeles viven dentro de esta esfera económica, trabajan, pagan impuestos indirectos, no los directos y no están protegidos por las instancias jurídicas del Estado y quedan desprotegidos frente a las redes mafiosas o criminales.

El comercio informal de todo tipo de bienes y servicios es el cordón umbilical para millones de habitantes del Sur. Esta economía se ha expandido y ha integrado al Sur en el sistema liberal mundial, después de haberlos expulsado de las redes oficiales de la economía internacional.

La mayoría de población de esta esfera vive en un estado de inseguridad física y legal constante, donde el monopolio sobre el uso legítimo de la violencia que ostenta el Estado, no ofrece protección o seguridad a la población, lo cual comporta que la seguridad tienda a organizarse de manera privada y a menudo con la connivencia de funcionarios gubernamentales corruptos.

La tercera esfera, es la de la economía abiertamente criminal, formada por un buen número de redes flexibles, sustentadas en la violencia y que operan globalmente; redes que extorsionan dinero de protección a la esfera de la economía informal. El mercado de las drogas es uno de los ejemplos más estudiados y de los más representativos de esta esfera de la economía. Algunos expertos calculan que el PIB criminal mundial mueve aproximadamente 1,5 billones de dólares anuales. Los mercados financieros representan un medio operativo importante para las actividades de la economía criminal, es el espacio dónde lavar el dinero procedente de las ganancias ilegales.

Violencia reguladora

Peter Lock nos pide que abandonemos nuestra perspectiva o el paradigma «paz democrática» para intentar explicar las transformaciones en marcha de las formas de violencia y para comprender la desterritorialitzación de la violencia actual.

En el periodo de pos Guerra Fría, en el que estamos centrando esta reflexión, muchos estados han estado transformando sus regímenes políticos hacia democracias liberales al mismo tiempo que se producían incrementos dramáticos del nivel de homicidios. Estos nuevos regímenes democráticos, normalmente, no han conseguido reducir la fragmentación y la polarización social, Brasil, Sudáfrica, Nigeria, Rusia, así como otros países pos conflicto armado, son un buen ejemplo; son países que han hecho transiciones hacia formas de gobierno más democráticas que no han servido para reducir el nivel de violencia, sino lo que se más grave, algunos de ellos han doblado las tasas de homicidios, llegando a ser más elevadas que las tasas de muertos en muchas guerras. Colombia podría ser un caso paradigmático, durante muchos años ha sido clasificado como un país en guerra interna, pero Colombia continúa siendo un país democrático, según los estándares internacionalmente aceptados. Pero en Colombia los homicidios no relacionados con la guerra interna representan la forma dominante de violencia. El grueso de esta violencia, aunque no en su totalidad, representa lo que Peter Lock denomina «violencia reguladora». Violencia que es utilizada para imponer transacciones económicas a diferentes niveles, incluida la protección, el robo y el comercio ilegal. Esta violencia difusa interviene y actúa sobre la economía como lo hace la violencia bélica en «la economía de guerra»; pero con la diferencia que esta violencia no está territorialitzada y es más perseverante.

Las tres esferas de la economía pueden ser descritas como un entramado de sistemas de redes interconectadas de alcance global. Es por esto que la utilización de la violencia, o la amenaza de la misma, como medio para imponer un interés económico no genera un frente territorial. La necesidad de utilizar la violencia «reguladora» puede tener lugar en localidades geográficamente distantes. Una red de traficantes de drogas puede recurrir a la utilización de la violencia en cualquier eslabón de la cadena, desde la plantación hasta el consumidor, en cualquier mercado del mundo. Esta violencia defiende un espacio operacional, no territorial, que puede ser flexible y que requiere un cierto nivel de inseguridad. Estudiar la globalización como un sistema de redes interactuando entre sí dentro del conjunto de las tres esferas, conduce a pensar que la violencia «reguladora», utilizada para proteger el funcionamiento de las redes económicas, tanto internamente como localmente y frente a las otras redes competidoras, requiere de actos de violencia en espacios geográficos distantes entre si, pero que pertenecen al mismo espacio operativo.

Visto de esta manera los conflictos bélicos representan la punta del iceberg de la violencia «reguladora», puesto que tienen lugar en territorios dónde el estado es tan débil, o fracasado, que no puede proteger los mercados bajo el paraguas de la ley. Si se estudian las transacciones típicas de las economías de guerra y sus caminos hacia la economía formal, nos encontramos con sistemas de redes criminales que operan en cualquier parte del planeta, y dónde su funcionamiento se basa en el uso de la violencia, o con la amenaza de su uso.

Finalmente decir que encuentro muy sugerente esta tesis de la violencia «reguladora», pero que creo que requiere d’estudios más amplios y profundos, creo que son necesarios estudios más exactos y a escalera mundial de la violencia a nivel micro, creo que faltan más estudios que puedan determinar la contribución de esta violencia reguladora dentro de la totalidad de delitos y homicidios por arma de fuego. Faltan estudios que separen la violencia ligada al sistema económico de la violencia doméstica, delictiva, social….

Segunda cuestión «Conflicto y factores demográficos».

Estudios demográficos apuntan que en una tercera parte del total de los países del mundo (repartidos entre el África sub-sahariana, el Oriente Medio y el sur y centro de Asia) corren el riesgo de verse implicados en un conflicto civil armado, en revueltas políticas o étnicas, en violencia por parte del estado o en terrorismo interno. Debido a que en su interior vive una gran proporción de jóvenes que va en aumento, el grueso de los cuales está desempleado o en trabajos inferiores a su capacidad o preparación. También porque muchos de estos países experimentan un rápido crecimiento de población urbana, crecimiento superior al de creación de infraestructuras o de viviendas, al mismo tiempo que aumenta la dificultad por acceder a las tierras de cultivo o al agua para cultivar la tierra. Las tres situaciones se consideran factores de riesgo demográfico que pueden contribuir a la eclosión de la violencia o al conflicto.

Exclusión de las generaciones jóvenes

En abril del 2004, un grupo armado asaltó con machetes y cuchillos un cuartel de la policía al sur de Tailandia. Como no consiguieron penetrar en el interior huyeron y se refugiaron en una mezquita, dónde al poco las fuerzas gubernamentales los rodearon y los atacaron, en el ataque murieron más de 30 asaltantes.

Cuando se difundió la noticia, los analistas atribuyeron este asalto a la tensión y malestar creciente entre la población del sur, de mayoría musulmana, que desde hace mucho tiempo está sufriendo represión cultural, religiosa y económica por parte del gobierno de Tailandia. Pero al mismo después del ataque se puso de manifiesto otra variable: la edad, la mayoría de los asaltantes eran menores de veinte años.

Según Naciones Unidas, en el año 2000 más de 100 países de cualquier parte del mundo registraban crecidas puntuales de gente joven, países dónde la población entre 15 y 29 años constituye más del 40% del total de adultos. En cambio en Europa y Estados Unidos, los jóvenes adultos constituyen un 20-25 % del total de los adultos(2). Todas las sociedades necesitan gente joven, necesitan su energía e ingenio; los jóvenes representan el activo y el dinamismo de las sociedades. Pero si nos encontramos con sociedades con carencia de oportunidades económicas, el predominio de jóvenes puede representar un reto social y constituirse en un peligro político.

En los diez últimos años, los índice de paro entre los jóvenes de todo el mundo, pasaron de 11,7% al 14,4 % (al 2003) y de esta manera se duplicó la tasa de paro en el mundo. Según la OIT (Organización Internacional del Trabajo), en el 2003 había 88 millones de jóvenes entre 15 y 24 años sin trabajo, cifra que representaba cerca de la mitad de los desempleados del mundo. En los países en vías de desarrollo, dónde vive el 85% de los jóvenes del planeta, el índice de paro entre los jóvenes es especialmente elevado y supone casi cuatro veces el paro de los adultos.

Proporción de población joven (previsiones por el 2005)(3)

% población adulta entre 15 – 29 años Indice de fertilidad(hijo por mujer)
Zimbabwe 50 3,9
Zambia 57 5,6
India 40 3,0
EE.UU. 27 2,1
Japón 21 1,3
Italia 19 1,2

Pero la situación de los jóvenes en el mundo rural todavía se hace más difícil, porque a menudo se encuentran en la situación en que las propiedades se han dividido durando varías generaciones entre los hijos hasta el punto que ya no pueden dividirse más, las parcelas ya son tan pequeñas que dan justo para sobrevivir los padres, pero no las familias de los hijos. En otros casos, las tierras familiares han sido absorbidas por empresas agrícolas o las tierras se han degradado como consecuencia de practicas medioambientalmente insostenibles, hasta el punto que no son cultivables. Los jóvenes en esta situación no pueden tirar adelante sus expectativas y no tienen demasiadas salidas; ésta es la razón del aumento del alcoholismo o del número elevado de suicidios, o que se enrolen fácilmente en las milicias armadas.

En Argelia, aproximadamente la mitad de la población es menor de 15 años y el 60 % de los que intentan entrar en el mercado laboral por primera vez, continúa en el paro. A los jóvenes (varones) en esta situación se los denomina «hititas» (aquellos que apuntalan o se apoyan contra la pared) y siempre están buscando una oportunidad para ganar un dinero o establecer una identidad. En muchos países del mundo, más de la mitad de la gente joven pertenece a este grupo de excluidos y sin perspectivas, por esta razón, disponer de un instrumento de fuerza como es un rifle automático puede representar sentir la experiencia de ser respetado por otros, aunque el verdadero sentimiento no sea de respeto, sino de terror. Pero la fuerza ejercida a través de un rifle se convierte en un medio para resistir la exclusión social y abre la puerta para entrar en el mundo del consumo.

Si estos jóvenes se encuentran en países dónde la economía no va bien y la política predominante es represora, los jóvenes se enrolan en organizaciones insurgentes que ofrecen movilidad social y autoestima. Los actores violentos en el conflicto de Sierra Leona eran en un 95%, jóvenes, en parte debido al hecho de que no disponían de mejores opciones de vida.

La otra situación opuesta, nos muestra que tenemos un importante número de jóvenes entre 18 y 35 años que han recibido formación académica y no tienen perspectivas de aplicarla; según Goldstone(4) cuando por carencia de oportunidades quedan marginados los miembros más preparados de las clases de élite, aumenta el riesgo de inestabilidad entre los jóvenes. El mismo Goldstone atribuye, en parte, la desintegración del régimen comunista de la Unión Soviética a la movilización de un gran número de jóvenes descontentos, incapaces de sacar partido de su formación académica debido a que el partido comunista no les permitía entrar a formar parte de la élite. Otro autor como Huntington, afirma que las tensiones en el Oriente Medio tienen mucho que ver con las expectativas no satisfechas de los jóvenes preparados. En el Oriente Medio el 65% de la población no ha llegado a los 25 años. Muchos de estos países han usado los ingresos del petróleo para aumentar la formación de un buen número de jóvenes, ahora bien, con el escaso crecimiento económico conseguido, pocos miembros de esta población activa en rápida expansión han tenido la oportunidad de aplicar sus conocimientos. Muchos de estos jóvenes que han recibido formación a menudo se han de enfrentar con alguna de estas salidas: emigrar a los países ricos, enrolarse en organizaciones fundamentalistas radicales y partidos políticos o alistarse en grupos violentos o redes terroristas.

Este elemento considero que es significativamente importante y que está en la raíz del terrorismo internacional. Los pocos datos sociológicas que he encontrado en la prensa sobre los autores o colaboradores de los atentados del 11S, el Madrid o el de Londres nos muestran jóvenes de familias de clase media con estudios universitarios, algunos de ellos estaban estudiando en universidades europeas, tienen dominio de dos y tres lenguas; o de jóvenes de segunda generación, donde los padres emigraron a un país europeo, ellos han ido a nuestras escuelas y universidades. Un elemento común a todos ellos es que son jóvenes y no son ni analfabetos ni incultos.

En mi opinión, nos encontramos con un grupo numeroso de jóvenes que descubren que el Estado en el que viven no tiene capacidad de influencia internacional, o bien si viven en nuestros países ricos se encuentran que por el hecho de ser inmigrantes no conseguirán formar parte de las élites de nuestra sociedad ni conseguirán unos salarios adecuados a su nivel educativo y similar al de los jóvenes no inmigrantes que tienen un mismo nivel de preparación. Estas frustraciones pueden conducir a la adhesión a grupos políticos o a grupos fundamentalistas religiosos.

La otra tendencia demográfica a destacar es el rápido crecimiento urbano. Desde 1950 hasta ahora, la población urbana del mundo se ha multiplicado por más de cuatro, y ha pasado de 733 millones a poco más de 3.000 millones. En la actualidad crece con más rapidez la población urbana que no la población mundial en su conjunto. En 1950 la población urbana representaba el 18% de la población mundial, en el 2003 representaba el 42% y se calcula que para el 2030 será del 60%.

Hay una constante oleada migratoria de personas de las zonas rurales hacia las ciudades, muchos de ellos huyen como consecuencia de la sequía o inundaciones, incapaces de ganarse la vida en unos campos asolados o como consecuencia de la violencia y la guerra. Muchas de estas personas van a parar a las periferias de las grandes ciudades; ciudades como Jakarta y Delhi, en la década de los 70 y 80 doblaron su número de habitantes, lo que comporta dos problemas, por una parte, se produce una gran oferta de mano de obra con todo el que esto conlleva y por otra parte, los gobiernos locales no disponen de presupuestos suficientes para ampliar las infraestructuras o prestar los mínimos servicios a la población. Actualmente se calcula que hay 220 millones de habitantes en zonas urbanas en los países no industrializados que no disponen de agua potable, 420 millones que no tienen acceso a letrinas y 600 millones que no disponen de una vivienda adecuada.

En general los gobiernos locales de los países en vías de desarrollo no tienen recursos económicos y humanos para hacer frente a los problemas que comporta este crecimiento urbano, sobre todo cuando esto representa que el segmento que más crece es el más pobre de la población, es el segmento que no paga impuestos y que no espera que la administración le proporcione servicios ni seguridad.

Entonces nos enfrentamos a dos clases de violencia urbana, una ligada a agravios históricos o malentendidos culturales dónde las ciudades pueden convertirse en un espacio de conflicto étnico o religioso y otra ligada a las condiciones socio-económicas de las barriadas periféricas de las ciudades.

Un ejemplo de la primera clase de violencia se pone de manifiesto en los hechos ocurridos en 1992 cuando militantes hindúes asaltan una mezquita abandonada del siglo XVI al norte de la India, se producen enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y el odio estalla a centenares de kilómetros de allí, en Mumbai, Calcuta, Ahmadabad y en Delhi. Tres días de intensa violencia en las calles que dejaron 850 muertos y miles de personas sin vivienda, el 95% de los muertos vivía en los suburbios de estas grandes ciudades.

Otra muestra la encontramos en los hechos ocurridos a finales de octubre del 2005 a la ciudad de Birmingham dónde hubo un estallido de violencia a las calles; la causa una presunta violación a una niña jamaicana de 14 años (negra) por parte de un joven asiático de 19 años. Para protestar por este hecho y por los problemas de convivencia entre las diversas comunidades étnicas del barrio de Lozells, se celebró una concentración pública en la que se produjo un estallido de violencia. La prensa recogió que más de 50 jóvenes con palos y piedras destrozaron vehículos, casas y comercios. La noche siguiente a este estallido de violencia, se reprodujeron los actos violentos y murió apuñalado un joven negro de 23 años durante el ataque a una tienda de comestibles asiática y 35 personas resultaron heridas. Otra fuente ha recogido que los actos de violencia del segundo día fueron causados por un ataque contra la mezquita de Lozells.

En el otro extremo geográfico, podemos tener la violencia sistemática que rige la vida de los suburbios de las grandes ciudades de América latina, las fabelas de Brasil…. En las zonas de pobreza de las grandes ciudades generalmente no se denuncian los actos de violencia a la policía por que no se espera nada de las fuerzas policiales, dónde la vida de la población está sometida a la dominación de los clanes locales criminales que controlan la vida económica de aquel barrio o territorio. En estos casos el funcionamiento de la economía gobernada por un clan mafioso o un cartel de la droga no difiere demasiado del funcionamiento de la economía en un país en conflicto del África gobernada por un señor de la guerra.

La realidad social de las grandes ciudades está marcada por la exclusión masiva de la economía regular de muchas generaciones de jóvenes y por una creciente amargura social sin proyectos de vida alternativos individuales, que se sustentan en la utilización de la violencia como afirmación y como medio de conseguir formar parte de la sociedad de consumo.

Como ejemplos de esta violencia tenemos los hechos ocurridos a la fabela de Rocinha de 80.000 habitantes en la madrugada del 28 de octubre del 2005, este día se produjo un tiroteo. Los disparos se cruzaron entre la policía y la banda de la cabeza del tráfico de drogas de la fabela Erismar Rodrigues Moreira, Bem-té-vino, 29 años. Durante año y medio Bem-té-vino ha sido el señor de la ley y el orden en la fabela, la pacificó, impidiendo que otras bandas rivales la invadieran y absorbieran su negocio. La parte baja de la fabela la controlaba él mismo y la parte alta la controlaba su cuñado de 24 años. La tarde del día siguiente del entierro ningún comercio abrió las puertas, es la ley del narcotráfico, luto absoluto cuando matan algún de sus miembros. En el mismo instante Soul asumía el mando de la fabela, otra de las leyes del narcotráfico, la fabela no puede quedarse sin cabeza. Soul fue asesinado 48 horas más tarde con 4 miembros de su banda, la nueva cabeza es ahora Antonio Bonfin, Nem. De nuevo ha vuelto «la paz» a la Rocinha.

En este mismo sentido podemos inscribir los hechos de violencia surgidos en las poblaciones o barriadas que rodean París en noviembre de 2005. La violencia estalló cuando murieron electrocutados dos adolescentes que se escondieron dentro de un transformador, supuestamente perseguidos por la policía. Estas muertes provocaron que muchos jóvenes salieran durante las noches a la calle, quemaran coches, contenedores de basura y asaltaran algunos centros comerciales. El problema de las ciudades dormitorio dónde se reúnen inmigrantes y hijos de inmigrantes sin demasiadas posibilidades de trabajos bien remunerados y estables, que sufren la discriminación (un joven autóctono tiene más posibilidades que un hijo de inmigrantes), dónde la vida de la mayoría de las personas transcurre al margen de las normas y la ley propias de un estado de derecho; dónde se está estableciendo una «polémica sobre la penetración del islamismo radical y la presencia de bandas de delincuentes que controlan la prostitución y el tráfico de drogas que esconden otros problemas más profundos que no salen a la luz: la poligamia, la ablación de clítoris, los matrimonios forzados…» (El País, 3 de noviembre de 2005).

  1. Esta tesis de violencia reguladora la ha desarrollado en artículos y conferencias que están publicadas en la web del autor.
  2. U.N. POPULATION DIVISION, World Population Prospects: The 2002 Revision. New York, Naciones Unidas, 2003.
  3. El Estado del Mundo 2005. Worldwatch Institute.
  4. Goldston, Jack A., «Population and Security: How Demographic Change Can Lead to Violent Conflict», Journal of International Affairs, otoño del 2002.


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