Por la Paz en Libia, no a la intervención militar
Comunicado del Centro Delàs sobre la situación en Libia y las amenazas que los estados europeos, incluido el Estado Español, están lanzando sobre una posible intervención militar.
Estados Unidos y Europa occidental, a través de la OTAN, están estudiando la posibilidad de intervenir militarmente en el conflicto libio. El que fuera en otro tiempo dictador rechazado por las potencias occidentales, Muamar Gadafi se reconvirtió después en firme aliado con quien se firmaban convenios comerciales y a quien se suministraban armas. Ahora, tras una revuelta popular, que tiene opciones de derrocar su régimen, Gadafi lo ha convertido en un indeseable a quien se ha de sacar del poder mediante la utilización de la fuerza militar.
Es de una enorme hipocresía hablar de intervención militar sin considerar que hay muchos otros lugares del Norte de Africa, Oriente Próximo y el mundo donde hay dictaduras que reprimen su población y donde la reacción se reduce a intentar obtener provecho económico y político de la situación. ¿Es tan diferente el régimen de Gadafi de los de Yemen, China, Argelia, Arabia Saudí o Guinea Ecuatorial, países con los que se sigue firmando acuerdos comerciales o transferido armamento? No será que a Europa y Estados Unidos les preocupan más los importantes yacimientos de hidrocarburos y otros negocios e intereses en una eventual Libia post-Gadafi que las libertades del pueblo libio?
Además, cualquier intervención militar se sabe cuando empieza pero nunca cómo ni cuándo termina. O si provocará una espiral de nuevas violencias. Recordemos los casos recientes de Irak y Afganistán, donde a pesar de los insistentes discursos «humanitarios», los intereses políticos, económicos y estratégicos han sido finalmente patentes. Además, una presencia militar extranjera coartaría la posibilidad de que sean los propios libios los que escojan su futuro político.
Además, consideramos que hay medidas pacíficas, de presión política y económica que aún no se han agotado y por las que debería optar la Comunidad Internacional. Como sanciones de Naciones Unidas con embargos económicos, de todas las cuentas del gobierno libio en el exterior (incluyendo los indirectos), de las compras de hidrocarburos.
Porque ninguna intervención militar ha demostrado ser imparcial y buscaría indudablemente favorecer los intereses geoestratégicos y económicos de los países miembros de la OTAN, tanto el control de recursos estratégicos como el petróleo y el gas, como por aspectos relacionados con la inmigración, entre otros.
Por estas razones pedimos al Gobierno español, como miembro de la OTAN, que se posicione claramente por la no intervención militar en Libia, absteniéndose de enviar soldados españoles y de prestar ayuda logística o de cualquier otro tipo, incluyendo el uso de las bases militares de Morón y Rota.
Por la paz en Libia, no a la intervención militar, sí a la intervención política y económica, para aislar el régimen del dictador Gadafi, para favorecer la transformación hacia la democracia que el pueblo libio pide.
Barcelona, 14 de marzo de 2011
Centro Delàs de Estudios por la Paz (Justícia i Pau)