Primavera árabe, 15-M y complejo militar-industrial

Primavera árabe, 15-M y complejo militar-industrial

(Artículo publicado en La Directa)

¿Qué relación hay entre estos tres fenómenos? Recientemente, a casi un año del inicio de la denominada Primavera Árabe, Amnistía Internacional ha publicado un informe1 sobre las armas exportadas por países occidentales a varias dictaduras árabes, como Egipto, Libia, Bahréin, Túnez y Siria.

Aún más recientemente el Centre Delàs ha publicado otro informe2, sobre las exportaciones españolas de armamento entre 2001 y 2010. Es lamentable que mientras que las revueltas tunecinas y egipcias han inspirado innegablemente las ocupaciones de varias plazas europeas y movimientos sociales como el 15-M, nuestros impuestos han financiado la fabricación y exportación de las armas que han contribuido a la represión de estas revueltas pacíficas, a través de las cuales la población civil de estos países no pedía más que libertad, dignidad y democracia.

Creo que hay varias razones por las que deberíamos incluir en el discurso de movimientos sociales como el 15-M unas claras reivindicaciones a los gobiernos de nuestros países, para exigirles que dejen de apoyar a los ministerios de defensa y el complejo industrial militar, retirando todo el apoyo económico que les proporcionan. Un apoyo que no es ni mucho menos insignificante, y que procede de nuestros impuestos. La primera razón es que, innegablemente, la ocupación de la Puerta del Sol de Madrid y movimientos como el 15-M han sido inspirados por la ocupación de la plaza Tahrir. Lo que hace aún más inaceptable que, como sociedad, estemos indirectamente financiando la fabricación y exportación de aquellas armas que han sido y están siendo utilizadas para reprimir unas manifestaciones tan legítimas y pacíficas como las nuestras, y a las que debemos mucho. La segunda es que el hecho de que nuestros impuestos sean utilizados para financiar el sector militar-industrial en un momento de crisis tan grave, en el que sectores como sanidad y educación sufren recortes de proporciones y consecuencias vergonzosas, y cuando demasiadas personas están al límite de la pobreza, es lamentable e indignante. Sobre todo cuando leemos lo que ha dicho hace poco el Secretario de Estado para Defensa sobre la suspensión de pagos del Ministerio de Defensa español3, quien ha declarado de forma tan clara como descarada que «no deberíamos haber adquirido sistemas que no vamos a usar, para escenarios de confrontación que no existen y con un dinero que no teníamos entonces ni ahora».

La tercera es que, como subraya el mencionado informe sobre exportaciones españolas de armas del Centro Delàs, los estados europeos que han exportado armamento a los regímenes árabes citados, han violado la Posición Común 2008/944/PESC de la Unión Europea. Esta Posición Común obliga a los Estados miembros a no autorizar ninguna exportación de armamento a «países con una manifiesta inestabilidad política y democrática, que vulneren los derechos humanos de sus ciudadanos, o que tengan un Índice de Desarrollo Humano delicado donde se encuentran casos que priorizan el gasto público en material de defensa por encima del gasto social (educación y sanidad)». Condiciones que, ya es sabido, encontramos en todos y cada uno de los regímenes árabes citados en los cuales se han exportado ingentes cantidades de armas y material de doble uso en los últimos años. Por no mencionar Israel, un país que discrimina, reprime y vulnera los derechos humanos de la población palestina cada día y al que tanto Estados Unidos como la Unión Europea exportan armas continuamente.

Recopilando, no sólo nuestros gobiernos prefieren recortar de manera brutal el estado de bienestar, las pensiones, la educación y la sanidad antes que cancelar las ayudas al sector de la defensa y el complejo industrial militar, sino que siguen incumpliendo sus propias leyes sobre exportaciones de armamento y vulnerando indirectamente los derechos humanos de los ciudadanos de muchos países. Y, encima, ya que lo hacen con nuestro dinero, nos hacen cómplices de ello. Una razón más, y de peso, para decir: ¡ya basta!

1http://www.amnesty.org/en/library/asset/ACT30/117/2011/en/049fdeee-66fe-4b13-a90e-6d7773d6a546/act301172011en.pdf

2https://www.centredelas.org/attachments/804_informe9_cas.pdf

3https://www.centredelas.org/images/stories/materials/La_suspensin_de_pagos_del_Ministerio_de_Defensa_cas_def.pdf



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