¿Qué defensa y seguridad para Cataluña?

¿Qué defensa y seguridad para Cataluña?

Intervención en las Jornadas ¿Qué defensa y seguridad para Cataluña? que tuvieron lugar en el Pati Llimona de Barcelona los días 12 y 13 de diciembre de 2012.


Primero
Antes de hablar de un ejército catalán, debería hablar de cuáles son los peligros y / o amenazas que puede sufrir Cataluña. En este sentido y en primer lugar, un estado catalán no será viable sin llegar a acuerdos con España, porque antes deberemos convencer a nuestros vecinos de que la convivencia, la fraternidad y la cooperación serán igualmente buenas, o incluso mejores, separados en dos estados que continuando juntos y peleándonos. Porque en la separación de Cataluña de España, y en esto todos deberíamos estar de acuerdo, no deben convertirse en enemigos. Sería esquizofrénico pensar que necesitamos un ejército para defendernos de España, porque entonces entraríamos en una dinámica perversa y de magnitud imprevisible. Y, al contrario, los lazos que nos unen son tan estrechos que quizá deberíamos compartir, entre otras muchas cosas, también la seguridad. Y digo compartir la seguridad, que no es lo mismo que defensa, que ocupa otro nivel, y que hay que aclarar, podría ser civil y sin tener necesidad de crear un ejército.

Respecto a las amenazas. Ayer se hizo mención de que habría que disponer de seguridad para proteger las «costas y el espacio aéreo». Tenemos 28.000 miembros de cuerpos de seguridad (19.000 Mossos d’Esquadra y 9.000 guardias). Efectivos que se podrían incrementar para salvaguardar las costas, hoy cubiertas por la Guardia Civil española. La vigilancia aérea podría recaer en una combinación entre un cuerpo civil y los mossos con material que permita la seguridad aérea.

La principal amenaza que se desprende de las Directivas de Defensa de España y de la propia UE es el terrorismo internacional yihadista. Cataluña no ha sufrido ningún atentado terrorista (fuera de los de ETA). No parece que un avión de combate, un blindado o una fragata puedan hacer nada ante un ataque del terrorismo internacional. Entonces, abordamos las causas de los principales conflictos que justifican estos ataques, en primer lugar resolvemos el conflicto palestino, obligamos a Israel a cumplir las Resoluciones 242 y 446 de Naciones Unidas, que abandone la ocupación de los territorios palestinos y se devuelva a las fronteras de 1967 y se permita la creación de un Estado palestino. Por otra parte, que se abandone la ocupación de Afganistán e Irak, que ya llevan diez años y se deje que los afganos e iraquíes resuelvan sus problemas. Que se deje de apoyar a los regímenes autoritarios del mundo árabe musulmán y así eliminaremos los principales argumentos del terrorismo anti-occidental.

Hablemos de la cuestión del peligro de la proliferación nuclear de Estados con capacidad de conseguir armas de destrucción masiva, como parece podría ser el caso de Irán. Obligamos con medidas coactivas a desactivar y destruir las armas nucleares de Israel, y se desactivan los argumentos de Irán, y luego continuamos el desarme del resto de potencias nucleares.

En todos los libros blancos de defensa se habla de la desestabilización interna de estados. Aquí sólo es necesario que la comunidad internacional active de una vez Fuerzas propias de la ONU, los famosos cascos azules, para que ejerzan como fuerzas de mediación e interposición en los conflictos. El cual nos permitiría deshacernos de la OTAN.

Por último también se habla del crimen organizado y de las redes internacionales mafiosas que mueven el tráfico ilegal de personas, drogas, órganos y armas. Aquí tampoco tienen nada que hacer los ejércitos, sino una combinación de la policía y la justicia coordinada internacionalmente, y el desmantelamiento de los paraísos fiscales que es donde se blanquea el dinero de estas redes delictivas.

Segundo
Un estado propio se creará no reflejándose en el pasado, en los estados salidos del Tratado de Westfalia (siglo XVII) y las revoluciones liberales (siglo XIX), con fuerzas armadas para asegurar las fronteras de ataques exteriores y creando ejércitos nacionales, sino tal como se prefigura el siglo XXI. Desde el final de la Guerra Fría en 1989 los estados se han ido desarmando progresivamente, hemos pasado de 26 millones de soldados a 20 millones. Y hoy la crisis empuja a la mayoría de países del mundo, incluida Europa y EEUU a la disminución del gasto militar, los ejércitos y armamento.

A pesar de que el militarismo continúa imperando en el mundo, sobre todo después del el 11-S de 2001, con resistencias a reducir el gasto militar, la tendencia es de disminución de las tensiones militares y el gasto militar. La hegemonía militar de EE.UU. en pocos años disminuirá y desaparecerá, sustituida por un mundo multipolar con potencias emergentes, los BRIC (Brasil, Rusia, India y China), los cuales no han optado por competir militarmente con Estados Unidos. Es cierto que China incrementa el gasto militar, especialmente en buques de guerra, pero lo hace para asegurar las rutas de comercio y el control marítimo regional por donde circulan las materias primas y petróleo. Asimismo en Europa, las previsiones en diferentes países es la de ir disminuyendo el número de soldados y del armamento: Alemania hará una reducción de 40.000 soldados para el año 2014; Francia, 54.000 hasta 2016, el Reino Unido, 20.000 hasta 2020, e Italia, 33.000 menos para el año 2013. España sólo 4.000 en 2012 y 2013.

A todo esto, el presidente Artur Mas, opinó que el nuevo estado catalán no tendría ejército, porque en la voluntad de convertirse en un estado dentro de la UE, Cataluña se integraría en la estructura militar de la OTAN, dando por supuesto que esta alianza militar nos podría ahorrar de tener un ejército. Hay que precisar que la OTAN es un organismo de defensa militar colectivo presidido por la máxima de «todos para uno y uno para todos». Es decir que, en caso de que algún miembro fuera atacado, se aplicará el artículo 5 del Tratado, que dice que todos los demás miembros tienen que correr a defenderlo. Entonces, si no tenemos ejército, parece difícil que Cataluña fuera admitida en la OTAN. Está claro que Islandia no tiene ejército y es miembro de la OTAN. Pero este país sólo tiene 330.000 habitantes y en cambio Cataluña tiene 7,5 millones, y con este número no es probable que nos admitan en la OTAN. En cambio, en la UE sí que no hay ningún problema y se puede entrar sin ejército y aún más sin estar en la OTAN, como es el caso de Austria, Finlandia, Irlanda, Malta, Suecia y Chipre.

Pero recordemos quien es el actual premio Nobel de la Paz. La UE ha sido y es muy belicista y en algunos aspectos imperial. La mayoría de países de la UE, especialmente el Reino Unido e incluso el eje franco-alemán que se opuso a la guerra «preventiva» de Bush contra Irak, han colaborado a nivel logístico y de servicios secretos en la guerra sucia (vuelos secretos, prisiones ilegales, torturas y Guantánamo) contra supuestos terroristas. Los países de la UE participan en la guerra de ocupación en Afganistán con la OTAN y lo hicieron en la guerra de Libia. Algunos países de Europa (Francia y Turquía) están participando en la guerra civil de Siria ayudando y suministrando armas a una de las partes (Ejército de Liberación Sirio, ELS) para derribar a Al Asad, y ya anuncian, Francia y Reino Unido que levantaron el embargo de armas al ELS. Sin olvidar Palestina, donde la UE apoya el estado de Israel con tratos comerciales y políticos de favor, y en definitiva apoyan la ocupación y agresiones en los territorios palestinos.

Y de la OTAN no es necesario extenderse demasiado, es la organización militar más potente del planeta dominada por EEUU para asegurar su hegemonía (dominación) mundial, y la defensa militar de la UE está supeditada y es sumisa a EEUU a través de su brazo armado la OTAN. Esto, guste o no, es generador de militarismo, intervencionismo militar en el exterior, en las auto-denominadas misiones de paz y humanitarias en Libia, Afganistán, Irak, que en lugar de resolver problemas los han amplificado, cambiado de signo o enquistado.

Entonces, ¿un ejército catalán para qué? Alguien ha hablado de las cifras de fuerzas armadas que necesitaríamos, y se ha dicho que podrían ser entre 30.000 y 35.000 soldados con un gasto en torno al 1, 5% del PIB catalán. Esto representaría un gasto de 3.000 millones de euros anuales para defender Cataluña. Pero tener un ejército, requiere tener una industria militar propia, si no se quiere depender del suministro de armas del exterior. Y esto significaría hacer esfuerzos en I + D e inversiones públicas para favorecer la implantación de una industria de armas hoy inexistente. Lo que incrementaría bastante el gasto militar público, como así ocurre en España y en todas partes.

Los defensores de la defensa armada esgrimen como principal argumento del gasto militar los enormes beneficios que reporta a la economía nacional la producción de armamentos por los efectos del trasvase de tecnologías en I + D en la producción de bienes civiles. Lo que ha sido demostrado en muy pocos casos y, más bien al contrario, sí se demuestra que el gasto militar entorpece el crecimiento de la economía productiva. De una parte, el gasto militar genera endeudamiento y déficit público (miramos el caso de España o de EEUU), por otro, impide que recursos de capital, monetarios y de bienes de equipo fluyan hacia la economía real y productiva, así como mano de obra y conocimientos tecnológicos.

Tercero. Seguridad Humana
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de 1994, acuñó el nuevo concepto de seguridad humana, desplazando el viejo enfoque de seguridad.

Pero la seguridad humana está asociada a otro concepto, el de desarrollo, el cual evoluciona desde una concepción clásica de desarrollo entendido como un mero crecimiento macroeconómico, el desarrollo entendido como un proceso de ensanchamiento de las capacidades y libertades de las personas.

En este sentido, es necesario un cambio de paradigma que articule las estrategias de seguridad situando al ser humano en el centro de las políticas públicas e internacionales, con el objetivo de resolver las necesidades de millones de seres humanos afectados por las inseguridades provocadas por la globalización capitalista en los ámbitos político, económico, social, cultural y medioambiental.

De la misma manera que la seguridad nacional desarrolló una estrategia militar y construyó todo un entramado militar-industrial, apostar por este nuevo concepto de seguridad humana requiere de análisis multidisciplinarios capaces de aglutinar las múltiples y complejas causas que determinan las condiciones de inseguridad de las personas. La seguridad humana deja de ser competencia en exclusiva de los expertos en geopolítica. La seguridad humana requiere de visiones en el campo económico, político, medioambiental, antropológico, de género…
 
Mientras el grueso de los recursos se destine a aumentar nuestras capacidades militares o policiales de seguridad interna para intentar blindar nuestro primer mundo de amenazas exteriores, no avanzaremos en seguridad humana a escala mundial.
 
De este modo conviene deconstruir el paradigma militar de la seguridad y abordarla desde las alternativas de la cooperación. La seguridad no se puede supeditar a criterios geopolíticos y de seguridad nacional de los países donantes de la OCDE, sino que se debe construir con políticas de cooperación al desarrollo y de acción humanitaria convirtiendo la cooperación en un instrumento de construcción de paz.
 
Esta es la seguridad que queremos para Cataluña, España, Europa y el mundo.



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