Cada año, en el Saló de l’Ensenyament de Barcelona el ejército ocupa un stand para conseguir reclutar jóvenes para las Fuerzas Armadas españolas. Normalizando la presencia del ejército y con su inserción en los espacios educativos, se fomenta la cultura de defensa y el espíritu militar. Obediencia, disciplina, patriarcado, androcentrismo y violencia para resolver conflictos son los valores que transmiten las instituciones militares. Se oponen, así, al fomento de la educación para la paz, basada en los derechos humanos y el desarrollo, el respeto, la convivencia y el diálogo.
Desde 2008, la campaña Desmilitaritzem l’Educiació denuncia la presencia del ejército en ferias y salones educativos recogiendo firmas, haciendo difusión en las redes sociales y llevando a cabo acciones concretas sobre el terreno.