Armas que reprimen rebeliones
El 1 de junio el Gobierno español ha entregado a los grupos parlamentarios el informe sobre exportaciones de material de defensa y doble uso del año 2010. Las exportaciones de material de defensa han ascendido a 1.128,3 millones €, un 16,2% inferior al 2009 y ha situado España en el 7º lugar del ranking mundial de exportadores.
Del total de exportaciones, se debe destacar, por su valor, las realizadas a Venezuela, 212 millones € (2 buques de vigilancia marítima), México, 126,4 millones € (6 aviones y recambios), República Checa, 104,1 millones € (4 aviones), Portugal, 41,3 millones € (2 aviones), Colombia, 26,6 millones € (1 avión) y Chile, 15,3 millones € (1 avión).
Pero lo más llamativo de este informe es que casi todos los países árabes con revueltas populares han recibido armas de fabricación española. No por su valor económico (32 millones €), sino por la situación política por la que están atravesando los países destinatarios, que en muchos casos los gobiernos están reprimiendo y disparando contra la población. Por ejemplo Libia recibió armamento por valor de 11,25 millones €, Arabia Saudita por 5,82 millones €, Egipto 2,54 millones €, Argelia 3,12 millones €, Túnez 778.480 €, Bahrein 40.690 €, Qatar 1 millón €, Jordania 1,62 millones €, Marruecos 2,51 millones € y Omán 3,20 millones €.
La legislación española recoge la posición común europea en materia de exportaciones de armas. Esta posición incorporada a la legislación española establece que no se autorizarán exportaciones de armamento “cuando exista el riesgo manifiesto de que la exportación propuesta pueda utilizarse con finalidad de represión interna”. Casi todos los países árabes que han recibido armamento español en el 2010 están afectados por la oleada de revueltas populares que reclaman democracia y libertades, y en algunos de ellos, la represión que están ejerciendo los gobernantes sobre la población podía estarse llevando a cabo con armamento de fabricación española. Este es el caso de Libia, Bahrein, Túnez y Egipto.
También es necesario recordar que la ley de control de las exportaciones de armas establece que se denegarán las exportaciones a países inestables, en conflicto, que vulneran los derechos humanos y que apoyen o fomenten el terrorismo internacional.
Las bombas de fragmentación de fabricación española que Gadafi utilizó contra la población Libia y que fueron fabricadas por la empresa española Instalaza, según las estadísticas oficiales están incluidas en la categoría 4 “bombas, torpedos, cohetes y misiles”, categoría que cómo puede verse es lo suficientemente genérica como para no saber de qué clase de bombas o material explosivo se trata. En el 2010 por categoría 4 se ha exportado material explosivo por valor de 105,20 millones €.
La ambigüedad de esta clasificación permitió disminuir la responsabilidad moral de la misma, cuanto menos clara sea la información y menos conocida sea, menores serán los costes políticos de las mismas. Además la ambigüedad permite esquivar el seguimiento y control sobre estas exportaciones.
Respecto a Israel, un destino sensible, el informe del gobierno confiere un trato especial y especifica con detalle en que han consistido las exportaciones al mismo. De manera que se especifica que se ha exportado material de defensa por valor de 1,43 millones €, y desglosa la exportación detallando que se han exportado componentes de pistolas deportivas, cuerpos de bombas inertes para pruebas, sistemas de lanzamiento de un misil del ejercito español y piezas de un satélite de comunicación.
Con respecto a las armas de caza y tiro deportivo con destino a los países árabes, destacan las exportaciones a Líbano por valor de 1,52 millones €, Marruecos por 1,22 millones €, Turquía 3,42 millones € y Kuwait por valor de 95.398 €.
Se ha sido cuidadoso en la denegación de exportaciones a algunos países por el riesgo de que el material sea desviado a terceros países. Tal ha sido el caso de la venta de un vehículo todo terreno a la República de Guinea, así como la exportación de cartuchos de caza a Guinea-Bissau. Pero en cambio no se ha sido nada escrupuloso en las ventas de armas a gobiernos árabes que vulneran los derechos humanos.