Atalanta y la pesca del atún

Atalanta y la pesca del atún

Bien sabido es que España es uno de los países que lideran la operación naval Atalanta de la UE, que pretende combatir la piratería en las costas de Somalia. España es uno de los primeros países en aportación económica y de efectivos.

Pero no es tan sabido que España también lidera otra operación militar de la UE, vinculada a la anterior. Es la operación EUTM-Somalia, de entrenamiento de soldados para las milicias del Gobierno Federal de Transición de Somalia (GFT), que, supuestamente, debe contribuir a una mayor seguridad en ese país. España participa con la mayor aportación en dinero y efectivos y dirige la operación. Para conseguir que el Congreso de Diputados aprobara la participación en estas dos operaciones militares, el gobierno español argumentaba dos razones. La primera, específicamente española, es la necesidad de hacer más segura la zona marítima del Cuerno de África y disminuir así el riesgo a que están sometidos los buques atuneros españoles. Este argumento es curioso porque, mayoritariamente, los barcos de guerra de Atalanta se concentran en el golfo de Adén y la zona donde faena la flota pesquera atunera abarca desde el vértice del Cuerno de África hasta las costas de Tanzania. De hecho, Atalanta se aprobó en diciembre de 2008 y hasta junio de 2010 no se aprobó una ampliación de su zona de actuación que incluía el área de trabajo de los atuneros españoles y franceses. Y esta ampliación geográfica no entró en vigor hasta el otoño de 2010. Durante los años 2009 y 2010 hubo sucesivas intervenciones en el Congreso de Diputados español en que se pedía que la UE incluyera explícitamente dentro de las funciones de Atalanta la protección a los pesqueros que faenan en el Índico. La segunda razón («más que fundamental», dijo Carme Chacón) es la necesidad de que la ayuda humanitaria llegue a Somalia. También sorprende este argumento ya que la UE prioriza el aspecto militar frente a otras vías o formas de ayuda.

Las cifras son suficientemente elocuentes: la operación Atalanta cuesta anualmente, sólo en España, 75 millones de euros. La UE se gastará en seis años (periodo 2008-2013) en ayuda al desarrollo en Somalia, 215,3 millones de euros. La UE antepone la actuación militar a un plan global de recuperación económica, civil y social en Somalia.
Es evidente que hay interés (o intereses) en controlar la zona del Cuerno de África. La operación Atalanta no actúa ahí sola. Están presentes otras fuerzas navales, de EEUU y aliados, de la OTAN, de China, Rusia, etc. Es evidente también que su efecto disuasorio es poco importante. El número de incidentes de piratería de los años 2009 y 2010 (cuando todas las fuerzas navales eran ya operativas) es mayor que el de los años anteriores. Además se constata que las fuerzas navales citadas han intervenido, en la frustración de ataques, en una minoría de casos. En la gran mayoría de incidentes, la causa de frustración del ataque ha sido la actuación y las maniobras de la tripulación del barco atacado. Maniobras tan simples como aumento de la velocidad, lanzamiento de bidones vacíos y vigas que no se usan, utilización de mangueras contra incendios, utilización de la bocina, bengalas, ataques con palos encendidos de un extremo, etc.

Hablemos ahora un poco de ese sector pesquero que se trata de proteger. España tiene la mayor flota atunera de la UE. Le corresponde el 60% de las capturas (a Francia el 40%). También es el primer productor de conservas de atún de la UE y el segundo del mundo, detrás de Tailandia. La UE gasta 150 millones de euros anuales1  para que sus barcos puedan acceder a caladeros de otras aguas territoriales, sobre todo africanas. En el caso del atún, habitualmente suscribe acuerdos de pesca que regulan el número de embarcaciones y no el volumen de capturas. En este sentido, el océano Índico es clave para la flota atunera. No hay caladeros alternativos para las especies que interesan a la industria transformadora. Armadores y conserveros españoles coinciden en considerar las enormes dificultades que significaría dejar el Índico, a pesar del peligro de la piratería (los acuerdos pesqueros de la UE en el Atlántico obligan a pagar por tonelada capturada y esto lo hace menos rentable, en cuanto al atún, que el océano Índico). Pues bien, Somalia es el país con la costa más larga de toda África y con una de las zonas más ricas en productos pesqueros. No ha habido nunca acuerdos regulados de pesca con Somalia. Respecto a la flota con bandera española2 , sabemos que en julio de 2006 el gobierno español prohibió la pesca dentro de las 200 millas de la Zona Económica Exclusiva de Somalia, señal que, como mínimo hasta ese momento, se pescaba en ella. Los barcos pesqueros faenaban gracias a la compra de licencias a toda persona que se las vendiera. Licencias que tanto vendían señores de la guerra como personas vinculadas al GFT. La legalidad de una licencia expedida por un jefe militar local es, cuando menos, cuestionable. La flota atunera española dispone de una tecnología avanzadísima y su capacidad de captura (o sea, de vaciar los caladeros) es enorme. Su grado de implicación en el fenómeno de la pesca ilegal queda reflejado en un informe financiado por el Ministerio de Defensa noruego, donde el autor se pregunta por qué los partícipes de Atalanta permiten que países como España lideren la operación, cuando existe un sentimiento muy extendido entre los somalíes que los pescadores españoles están pescando ilegalmente en aguas somalíes y cuando España también ha sido acusada extraoficialmente por oficiales de Atalanta, de proteger unilateralmente pescadores ilegales mediante el envío de buques de la operación Atalanta3.

Según el Grupo de Expertos sobre Somalia de la ONU que investigaba las violaciones del embargo de armas, la «gestión» de la pesca ha generado grandes cantidades de dinero que han ido a parar a los jefes de las facciones y, por tanto, en cierto grado, al pago y abastecimiento de sus milicias privadas4. Es decir que la gestión y, por tanto, la misma actividad de la pesca han alimentado la desestabilización y la ingobernabilidad del país. Precisamente esa inestabilidad y la falta de un gobierno reconocido ampliamente por los somalíes, han sido la excusa para que países que han incidido negativamente en la situación del país, estén hoy presentes en la zona con la función de garantizar la seguridad. He aquí un pez que se muerde la cola.

1 Una suma considerable pera un sector de tan poca relevancia para el conjunto de la economía europea
2 Hay muchos buques de armadores españoles que llevan banderas de países que no son firmantes de determinadas regulaciones de pesca y ello les permite eludirlas («banderas de conveniencia»)
3 Hansen, S.J.; Piracy in the greater Gulf of Aden. Norwegian Institute for Urban and Regional Research. October 2009. (http://www.nibr.no)
4 Standing, A. (2008) Corruption and industrial fishing in Africa Anti-Corruption Resource Centre. Chr. Michelsen Institutet de Noruega. U4 Issue 2008:7. pàg 19 y UN (2003b), “Report of the Panel of Experts on Somalia, pursuant to Security Council resolution 1474 (2003)”



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