Campaña «Stop Killer Robots»

Campaña «Stop Killer Robots»

Uno de los cambios más profundos en la manera de hacer la guerra desde que se inventó la pólvora, el radar o el avión, está siendo el uso creciente robots en el «campo de batalla».

A principios del año 2000 el ejército no iba acompañado de ningún robot, desde entonces el ejército de los EE.UU. tiene más de 7.000 aeronaves no tripuladas «drones» (abejorros) y más de 15.000 vehículos de tierra inventariados; encargándose de misiones que van desde buscar miembros de Al Qaeda en Pakistán, Afganistán, Yemen, Somalia, etc., bombardear supuestos terroristas, procesar información, etc. Estos drones han sido utilizados para encontrar la casa de Osama bin Laden, antes de que los marines en su famosa misión lo mataran o asesinaran a otros supuestos terroristas.

La utilización de aviones no tripulados (UAV en inglés) en combate, ya es una realidad, son un instrumento más de las fuerzas armadas. Estos aparatos van equipados con sofisticados sensores, pueden ser invisibles a los radares, tienen visión nocturna, pueden ver de día y de noche, con lluvia, sol o nubes y no se cansan ni se aburren trabajando. El modelo Predator dotado de múltiples videocamaras de gran potencia le permite ver cuando los enemigos encienden un cigarrillo, van al baño o hacen el amor.

Los UAV están dirigidos desde tierra, el soldado está sentado a miles de kilómetros, detrás de una pantalla como las PlayStation. No son rápidos ni ágiles, pero su poder está en la habilidad de ver y procesar información. Pueden despegar, aterrizar y volar por sí mismos, el soldado programa un destino o un área a patrullar, el avión hace lo que le han dicho, mientras el militar puede concentrarse en otros aspectos de la misión. La importancia de estos robots y su papel en combate, lo remarca el hecho de que la industria aerospacial estadounidense ha dejado de invertir en investigación y desarrollo en vehículos tripulados y se centran exclusivamente en vehículos no tripulados.

En 2014 está previsto que la policía utilice estos drones para patrullar las ciudades, dentro de poco los drones volarán por las calles y directamente nos enviarán las multas por SMS al móvil. Se están empezando a adaptar drones para controles aduaneros y migraciones.

Los drones son una pequeña parte de la acción robótica militar, el ejército de tierra ya utiliza robots «guerreros mecánicos» para desarmar bombas, revisar campos de batalla y transportar cargas pesadas por terrenos dificultosos. La Marina está experimentando con máquinas que puedan patrullar durante meses bajo el agua, que puedan pilotear de manera autónoma, estacionarse en la entrada de puertos, etc. Algunos de los problemas técnicos a resolver es la duración de las baterías, pero ya han comenzado a trabajar en el diseño de robots que puedan alimentarse de materia orgánica (marina o terrestre). El Pentágono está trabajando en un modelo de dron, el X-47B, que será el primer dron capaz de cumplir sin control remoto con una misión previamente programada en su computadora.

El 23 de abril de 2013 Human Rights Watch ha iniciado una campaña para prohibir que se desarrollen robots que de manera autónoma puedan seleccionar y atacar objetivos sin la intervención humana (http://www.hrw.org/es/news/2013/ 04/23/armas-nueva-campana-contra-los-robots-de-combate). Investigadores de todo el mundo ya están trabajando en desarrollar máquinas de guerra completamente autónomas «robots asesinos», no de ciencia ficción, no estamos hablando de Star Trek, ya es una realidad. Estos robots no tienen el sentido común de un humano, no tienen compasión humana para decidir si disparan o no, no tienen criterio para discernir si es humano o si es legal disparar o no, al igual que no pueden diferenciar si unos niños se han puesto a jugar dentro del área de ataque. Los humanos piensan en las consecuencias de sus actos. Si un robot se equivoca quien es el responsable?

La tecnología está a punto de suplantar el militar, la robótica podrá ayudar a que mueran menos soldados en combate, que no quiere decir que mueran menos personas por ataques de robots. Pero la utilización de robots dentro «de un conflicto armado» abre un gran debate sobre las implicaciones éticas, jurídicas y políticas.

El debate está servido.



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