Casas reales y corrupción

Casas reales y corrupción

El Gobierno español está negociando una importante venta de armea a la dictadura de Arabia Saudita. Diversos miembros de la monarquía saudita han estado implicados en comercio de armas y acusados de recibir comisiones ilegales. Estas ventas es añadir  leña al fuego a un Próximo Oriente con muchos conflictos y especialmente con Irán. Artículo publicado en la Directa nº. 282 del 18/7/2012

El Congreso de Estado Unidos aprobó a finales de 2011 la venta de armas más grande de su historia, 60.000 millones de dólares al gobierno Arabia Saudí. Armas que serán enviadas en los próximos 10 años. Estos días, Andrew J. Shapiro, Secretario de Estado adjunto para asuntos político-militares acaba de anunciar la primera partida de esta venta por 29,4 millones para entregar 84 aviones de combate F-5 de última generación fabricados por Boeing.

Las ventas de armas a Arabia Saudí deben entenderse como un esfuerzo de EEUU para mantener una fuerte presencia en la región, tras la retirada de tropas estadounidenses de Irak, y sobre todo, para intimidar a Irán , país del que sospecha pretende fabricar armas nucleares y que a la vez es un histórico rival de EEUU y del reino saudí.

Pero hay más países que están compitiendo por vender armas a la monarquía medieval saudí. Están Francia, Alemania, Reino Unido y también España. Así, el Gobierno español está llevando a cabo todas las actuaciones posibles para conseguir un contrato para vender entre 200 y 270 blindados Leopard por un importe superior a los 3.000 millones de euros.

Esta operación, la mayor de la historia del comercio de armas español, lleva mucho tiempo gestándose, y beneficiaría a la empresa Santa Bárbara Sistemas, de la que es propietaria la estadounidense General Dynamics.

Pero Santa Bárbara tiene competidores. Por un lado, el Leopard es un blindado de patente alemana, fabricado por Krauss Maffeei, empresa que podría estar interesada en llevar a cabo la venta directamente, ya que la exportación desde España necesitaría su autorización. Y por otra, está la propia General Dynamics que desde EEUU, está interesada en suministrar sus carros de combate Abrams.
 
Implicación de la Casa Real

El Gobierno español ha incrementado en los últimos meses la presión para conseguir este contrato. Acciones en las que también se ha implicado la Casa Real. En primer lugar, el Ministerio de Defensa propició el transporte de un Leopard al desierto saudí acompañado de militares e ingenieros de Santa Bárbara para estudiarlo y probarlo por militares saudíes. Después, el propio ministro de Defensa, Pedro Morenés, se desplazó a Arabia Saudí para ejercer presión sobre las autoridades de este país. Esta visita fue devuelta por el ministro de Defensa saudí, el príncipe Salman bin Abdelaziz, que se entrevistó con Morenés, con el presidente, Mariano Rajoy, y con el rey Juan Carlos I. Es bien conocida la amistad entre las dos familias reales. Así, hace pocos días, el propio monarca Juan Carlos se desplazó a Arabia Saudí al entierro del príncipe heredero y es probable que la cuestión de los Leopard españoles haya sido motivo de nuevas conversaciones.

Pero aún hay más. El Gobierno español aprobó el 25 de mayo, un Real Decreto, según el cual se autoriza al Gobierno a firmar contratos de suministro de armas con gobiernos extranjeros. Esta es una disposición adoptada para satisfacer a Arabia Saudí, que quiere que el contrato esté garantizado por el Estado español para evitar posibles incumplimientos.

Existe, sin embargo, otra cuestión. Es conocida la corrupción que rodea las exportaciones de armas al régimen saudí, y las millonarias comisiones que han salpicado diferentes miembros de la familia de la Casa Real Saudí, a quien se acusa de traficar con armas. Corrupciones que han sido objeto de investigación o juicio en Estados Unidos, Reino Unido y Francia. Es más que posible que las ventas españolas estén sometidas a comisiones y corrupciones de este tipo.

Las ventas de armas a Arabia Saudí incrementan las tensiones entre los diferentes países de la región, provocan una desestabilizadora carrera de armamentos, especialmente con países rivales como Irán e Israel. Además, la venta de blindados puede suponer que sean utilizados para violar los derechos humanos de la población saudí o de los países fronterizos, no hay que olvidar que las fuerzas armadas saudíes invadieron Bahrein para reprimir las demandas de democracia de este pueblo.

Por último, las ventas de los Leopard, vulneran la Ley de Comercio de Armas española al contravenir la Posición Común de la Unión Europea, como mínimo en los criterios segundo (respeto de los derechos humanos en el país de destino) y cuarto (preservar la paz , la seguridad y la estabilidad regional).



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