Donaciones y Guerra en Siria

Donaciones y Guerra en Siria


La semana pasada se celebró en Londres una conferencia de donantes para recoger fondos para la ayuda humanitaria a la población siria. A la conferencia asistieron más de 60 países y se comprometieron a aportar 9.000 millones de euros, la mitad en el 2016 y el resto hasta 2020. Los miembros de la UE prometieron 3.000 millones de euros para 2016 y mantenerlo hasta 2017 o incluso más allá. Reino Unido aportará 1.700 millones hasta 2020, Alemania pondrá 2.300 millones hasta 2018, Francia 890 millones de euros, Estados Unidos 825 millones de euros y España se comprometió con 9 millones de euros para 2016.
En definitiva toda una política de pragmatismo o de cinismo. Si los países de la UE no quieren acoger refugiados, la manera de parar el éxodo hasta nuestras fronteras es que los sirios permanezcan cerca de su país y que allí puedan subsistir con la ayuda humanitaria. Es decir política de contención.

A lo largo de los casi cinco años de guerra en Siria se han producido más de 250.000 muertes y más de un millón de heridos. A principios de julio de 2015 la OCHA había contabilizado 4 millones de refugiados, 2 de los cuales estaban situados en Turquía, 1,1 millón en Líbano, 0,6 millones en Jordania, 250.000 en Iraq y 132.000 en Egipto.

La situación humanitaria interna en el país no es mejor, la OCHA ha contabilizado 7,6 millones de personas desplazadas, algunas por segunda y tercera vez; también informan que 12,2 millones de sirios, de los cuales más de 5,6 son niños, siguen necesitando asistencia humanitaria, una cifra doce veces superior al número de personas que lo requerían en 2011. De estos, se estima que unos 4,8 millones se encuentran en zonas de difícil acceso o en zonas sitiadas entre los bandos armados.

Una parte de los fondos acordados tendrá como destino Turquía, Líbano y Jordania, hay que asegurarse que los sirios permanezcan en estos países y no emprendan el éxodo hacia Europa. Es difícil de saber el impacto económico y social que los refugiados ejercen sobre las sociedades de estos países, pero según unas extrapolaciones de ACNUR el número de refugiados sirios registrados en el Líbano sería el equivalente a que 22,5 millones de refugiados llegaran a Alemania y 88 millones a los Estados Unidos. Todo ello hace que estos países pidan, que además de las donaciones, se les concedan créditos para crear nuevos puestos de trabajo, en concreto en la conferencia se acordó que instituciones financieras internacionales concedan créditos por valor de 40.000 millones de dólares a estos países para crear nuevos empleos; también piden que la UE abra su mercado para “dinamizar sus economías”.

Días antes de la conferencia de donantes empezó en Ginebra una nueva ronda de negociaciones de paz, ronda que el día antes de la conferencia de Londres acabo en fracaso, debido a los fuertes ataques entre las fuerzas gubernamentales, las fuerzas rebeldes y otras fuerzas armadas extranjeras en el norte del país. Fracaso que pone de manifiesto la escasa voluntad política de acabar con la guerra.

Esta semana en los medios de comunicación tocaba destacar la cara solidaria de la moneda, tocada difundir la cantidad de dinero que se aportará para ayudar a la población siria de dentro del país y a los refugiados sirios en países vecinos. Esta semana no tocaba recordar que hace apenas un mes el parlamento del Reino Unido aprobó ampliar los ataques aéreos (bombardeos) en territorio de Siria, lo mismo que hizo Francia después de los atentados de París. Otros estados que han asistido a la conferencia de donantes participan de las coaliciones internacionales militares para bombardear ciudades sirias. La población civil no solamente huye de las bombas de su gobierno o del terror del Daehs también huye de las bombas de estas coaliciones, huyen de las bombas norteamericanas, francesa, inglesas o rusas. Estas coaliciones internacionales además de tomar parte en los bombardeos venden armas a todas las partes del conflicto “negocio es negocio”.

Bombardear ciudades forma parte de la estrategia de la guerra, bombardear o atacar a población civil no es un daño colateral, es un acto de guerra premeditado y organizado. El Derecho Internacional y el Derecho Internacional Humanitario no prohíben la guerra, no prohíben claramente la estrategia de bombardear civiles, pero sí que prohíbe las acciones que puedan crear deliberadamente catástrofes humanitarias de esta envergadura.
Estos días tocaba hablar de la cara bonita de la moneda, de cuánto dinero se donará en ayuda humanitaria, aun sabiendo que toda la ayuda que llegue no es suficiente y que la ayuda humanitaria no deja de ser una solución transitoria. Lo que necesitan los sirios es que la guerra acabe, necesitan que la comunidad internacional se comprometa políticamente en acabar la guerra.


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Publicado en Público , el 09/02/2016
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