El gasto militar y social: el coste de oportunidad del gasto militar mundial
El SIPRI ha informado que el gasto militar mundial en 2015 fue de 1.676 billones de dólares, aproximadamente el 2,3% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial. Estos altos niveles de gasto suelen dar paso a preocupaciones en torno al “coste de oportunidad” en relación al gasto militar frente al uso. Una manera de ver esta cuestión con cierta perspectiva es comparar el gasto militar con el social. ¿Los gobiernos realmente gastan tanto en la cuestión militar como en la atención médica, por citar un ejemplo? Podemos también observar qué más podría este dinero lograr si fuera gastado en otras áreas específicas. De manera particular, ¿de qué manera incidirían estos recursos en cuanto al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (SDGs, por sus siglas en inglés)?
Artículo aparecido en SIPRI. Autor: Sam Perlo Freeman.
El gasto Militar frente al gasto en salud.
Para comparar los gastos militares y de salud a nivel mundial, necesitamos datos fiables. En cuanto al dato militar,¡ usamos la última cifra de la base de datos sobre gastos militares proporcionados por el SIPRI. Y en cuanto a los de salud, utilizamos las estimaciones más recientes de la Organización Mundial de la Salud en torno al gasto público que los gobiernos hacen en salud como porcentaje del PIB. Esto último incluye todos los niveles de gobierno: central, federal, regional, municipal, etc. Esto es necesario si queremos hacer comparaciones significativas; ya que en algunos países el mayor gasto que se hace en salud es realizado en inferiores al gobierno central. El dato está disponible en la base de datos del World Bank World Development Indicators database y ha sido reexaminado para que se basen en las mismas cifras que el PIB y el SIPRI proporcionan, los cuales, a su vez, vienen del IMF International Finance Statistics.
Los gastos en 2013
¿Cómo se compara el gasto militar con el de salud? En primer lugar, una buena noticia: los gobiernos de todo el mundo gastaron poco más de dos veces más en salud que en lo militar en el año 2013: 5,9% del PIB mundial fueron destinados a la salud pública, a comparación con el 2,3% para asuntos militares.
Sin embargo, esto oculta grandes variaciones a nivel regional. El porcentaje del PIB destinado a gastos de salud en 2013 varió desde el 1,4% en Asia Central y en Asia del Sur, al 8,1% en Norte América. Asimismo, el porcentaje regional del gasto militar del PIB en 2013 varió de un 1,4% en Latinoamérica y el Caribe a un 4.6% en Oriente Medio. De manera que, Oriente Medio, Europa del Este, Norte de África, y Asia Central y del Sur gastaron más en lo militar que en salud pública en 2013.
Gasto en Salud versus Gasto Militar, 2013.
Los totales por regiones pueden ser fácilmente distorsionados por tan sólo uno o dos países, por tal motivo es importante tener en cuenta también los datos de cada país. Entre 2011 y 2013, el 80% de los países, de los que hubo datos disponibles, gastaron más en salud que en asuntos militares. Nuevamente, Norte de África, Oriente Medio, Asia del Sur y Europa del Este tuvieron una alta proporción de gasto militar.
Aparte de las variaciones regionales, una característica interesante de los datos es el tipo de países más probables a priorizar el gasto en salud o en lo militar. En Polity IV database, creado por el Center for Sytemic Peace, categoriza los países como democracias, autocracias, o una categorización intermedia. De las 92 democracias, 93% gastan más en salud que en lo militar. De las 20 autocracias, casi la mitad gastaron principalomente en lo militar. La democracia puede que sea significativamente imperfecta, pero estas cifras sugieren que es a través de los presupuestos que los gobiernos tendrán que basarse para rendir cuentas a su pueblo.
En cuanto a las tendencias, el gasto global militar apenas ha cambiado entre 1995 y 2015 (oscilando en torno al 2,3%), mientras que en los años 1995 y 2013 el porcentaje global del gasto en salud en el PIB se ha incrementado del 5,4% al 5,9%.
El incremento en los gastos de salud es particularmente notable en África (del 1,9% al 2,8%) y Latinoamérica (del 3,2% al 4,3%). Hubo también incrementos en otras regiones, pero particularmente ningún cambio en Asia y en Oceanía, y una significativa caída en el Este de Europa. Mientras tanto, el gasto militar se ha visto disminuido significativamente en Europa occidental y central entre 1995 y 2015, pero se ha incrementado sustancialmente en el Norte de África y Europa del Este, donde sobre todo ha habido un gran aumento en los últimos 2-3 años. En Oriente Medio también se ha visto un gran incremento en los últimos años, pero la proporción del gasto militar sigue estando por debajo de su nivel en 1995.
Una imagen más clara emerge cuando nos fijamos en cada país de forma individual. En los países de los que se dispone de datos, el 73% incrementó el promedio del gasto en salud en relación al PIB en 1995-97 y en 2011-13. De manera similar, el 72% redujo el peso relativo del gasto militar en relación al PIB entre 1995-97 y 2013-15. (Cabe tener en cuenta que hemos escogido fijarnos en la media de un periodo de 3 años para reducir los efectos -particularmente extremos- que tendría un año de variación). En general, la proporción de países que gastan un mayor porcentaje de su PIB en sanidad frente a lo que se gasta en asuntos militares se incrementó del 61% en 1995-97 al 80% en 2011-13. Sin embargo, los países de dos regiones de Oriente Medio y Europa del Este invierten esta tendencia, donde una parte importante de países han reducido el porcentaje que supone sobre el PIB el gasto en salud y han aumentado el del gasto militar.
Es tentador suponer que los países han estado deliberadamente redirigiendo sus gastos de lo militar a la salud. Sin embargo, no hay una relación clara entre países que aumentaron su gasto militar en términos relativos entre los períodos 1995-97 y 2011-13 con las mismas probabilidades de aumentar el gasto en salud, como con aquellos países que redujeron también en términos relativos los gastos militares.
Objetivos de Desarrollo Sostenible
Los altos niveles de gasto militar a menudo son identificados por activistas de la sociedad civil como un importante desperdicio de recursos que de otro modo podría ir dirigida a las necesidades humanas. La Campaña Global sobre el Gasto Militar (GCOMS), por ejemplo, ha pedido una reducción global del 10% del gasto militar, a cambio de que los recursos estén redirigidos al desarrollo. En una escala más modesta, el presidente de Kazajstán, Nursultan Nazarbayev, ha hecho un llamamiento a todos los países a donar el 1% de su gasto militar para el Fondo Especial de las Naciones Unidas para el Desarrollo Global.
En 2015 las Naciones Unidas acordaron 17 nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) como sucesores de los objetivos de desarrollo del Milenio. Muchas de ellas requieren una inversión financiera sustancial, tanto para los países en vías de desarrollo como también para los donantes, así como los cambios políticos y sociales. ¿Cuán lejos podrían llegar estos recortes en el gasto militar mundial para la consecución de algunos de los ODS si se contase con los recursos liberados a estos objetivos? A continuación se muestran algunos ejemplos, con estimaciones comparadas al nivel actual de gasto militar.
1. De acuerdo con un informe de 2015 de la OCDE sobre la financiación del clima, un alto número de países desarrollados con altos ingresos se han comprometido a aumentar la ayuda a los países en desarrollo con unos 100 mil millones $ al año en 2020 para financiar la tecnología verde y para ayudar a lidiar con las consecuencias del cambio climático (SDG 13). Esto equivale a un 8,3 % del gasto militar de ingresos altos de los países desarrollados en 2015.
2. Un informe de 2015 de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación sugiere que la eliminación de la pobreza extrema y el hambre de forma sostenible para el año 2030 (ODS 1 y 2) requerirían un estimado adicional de 265 mil millones $ al año, en promedio, (precios de 2013). De esta cantidad, entre 89-147 millones $ tendrán que provenir de fondos públicos, situando las necesidades totales anuales de gasto público en 156-214 millones de dólares (precios de 2013). Esto equivale a entre un 9,5 y un 13% del gasto militar mundial en 2015.
3. El Informe sobre el seguimiento mundial de la Educación para Todos 2015 encontró que la provisión de la educación primaria y secundaria temprana universal de calidad adecuada para el año 2030 (SDG 4) requeriría un adicional de 239 mil millones $ al año (precios de 2012). Los que podrían provenir de los recursos internos de los países, en conjunto con lo que provisionen los países donantes. La cantidad exacta que los países donantes tendrían que proporcionar depende de la educación de los países de bajos y medianos ingresos en los próximos 15 años. Si el gasto en educación como parte del porcentaje del PIB sigue aumentando en 2015 hasta 2030, el informe calcula que se necesitan 22 de millones de dólares cada año. Si el gasto en educación como porcentaje del PIB sólo se lleva a cabo en los niveles actuales, la cantidad requerida se incrementa a 52,5 mil millones $ al año. Esto es, el 3,2% del gasto militar mundial en 2015.
4. Un informe de 2015 por la Red de Soluciones de Desarrollo Sostenible rebeló que el logro de los ODS en salud, educación, agricultura y seguridad alimentaria, el acceso a la energía moderna, abastecimiento de agua y saneamiento, las telecomunicaciones y la infraestructura de transporte, los ecosistemas, y la respuesta de emergencia y humanitaria (ODS 2, 3, 4, 6, 7, 9, 11, 13, 14 y 15), incluidas las cantidades adicionales que permitan la mitigación del cambio climático y la adaptación, requeriría aún más el gasto de fuentes públicas de 760- 885 mil millones $ al año entre 2015-30 (según valores de 2013). Esto equivale al 46-54% del gasto militar mundial en 2015.
Con tan solo la reasignación de alrededor del 10% del gasto militar mundial, sería suficiente para lograr importantes avances en algunos objetivos claves de desarrollo sostenible, suponiendo que esos recursos podían emplearse con eficacia, y que los principales obstáculos, como la corrupción y los conflictos, podrían ser superados.
Por supuesto, conseguir que los países acepten una reducción de los gastos militares no es tarea fácil, especialmente en un momento en que las tensiones globales han ido en aumento. ¿Cómo se distribuirían esos recortes? ¿Sería de esperar más de las grandes potencias? ¿Cómo reaccionarían los países que se consideran en situación de vulnerabilidad ante una propuesta de este tipo?
No obstante, los ejemplos anteriores nos dan una idea de los enormes costes de oportunidad que existen en los actuales niveles de gasto militar mundial.