El International Peace Bureau y el Centro Delàs valoran en rueda de prensa los nuevos datos sobre gasto militar mundial del SIPRI, que revelan un nuevo aumento que alcanza los 1,8 billones de dólares

El International Peace Bureau y el Centro Delàs valoran en rueda de prensa los nuevos datos sobre gasto militar mundial del SIPRI, que revelan un nuevo aumento que alcanza los 1,8 billones de dólares

El Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI) ha publicado hoy 29 de abril nuevos datos sobre el gasto militar global correspondientes al año 2018, que crece por tercer año consecutivo hasta alcanzar los 1,822 billones de dólares, 83 mil millones más que el año anterior. Este aumento ha pasado de un 1.1% a un 2.6% en términos reales. La militarización, por tanto, se está acelerando de manera alarmante justo en un momento de graves emergencias climáticas y sociales.

En el marco del Día Global de Acción sobre el Gasto Militar (GDAMS por sus siglas en inglés), la reconocida organización internacional de paz Internacional Peace Bureau (IPB), junto al Centro Delàs de Estudios por la Paz -que acoge la oficina del IPB en Barcelona-, han organizado una rueda de prensa para valorar los nuevos datos de gasto militar y los retos que la progresiva militarización presenta al nuevo gobierno español.

Esta tendencia de crecimiento está liderada por los EE. UU., que han aumentado su gasto militar hasta los 649 mil millones de dólares, un 4,6% más que el año anterior, siendo por mucho el país con mayor gasto militar en el mundo y representando el 36% del gasto militar mundial en 2018. Su gasto militar es el mismo que el de los 7 siguientes países que más gastan. En segundo lugar está China, que aumentó su gasto en un 5,0% hasta los 250 mil millones, lo que representa el 14% del total mundial. Los Estados Unidos y China juntos representan la mitad del gasto militar mundial. Les siguen Arabia Saudí, India, Francia y Rusia.

Una agresiva y anticuada política internacional, basada en la amenaza, la desconfianza mutua y la competitividad, parece estar estimulando aumentos en el gasto militar tanto de aliados como de rivales (percibidos), lo que aumenta la polarización entre las potencias globales y sus áreas de influencia, y exacerba la carrera armamentista. «Hay un crecimiento del gasto militar presente en todas las regiones del mundo. Este aumento nos lleva a una carrera armamentista al estilo Guerra Fría pero con más bloques, un escenario de confrontación que lleva al crecimiento del gasto militar en otros países”, ha destacado Jordi Calvo, vicepresidente del IPB y coordinador del Centro Delàs de Estudios por la Paz.

A pesar de la disminución del gasto militar en Rusia, las percepciones de amenaza hacia Moscú explican los aumentos en muchos países de Europa del Este y Central. Al mismo tiempo, el gasto militar en Asia y Oceanía ha vuelto a aumentar, y eso significa tres décadas de crecimiento continuo, alimentado por las tensiones entre países y entre China y los Estados Unidos.

El gasto militar de los 29 miembros de la OTAN fue de 963 mil millones de dólares, el 53% del gasto militar global, lo que podría en parte responder, además de a la creciente tensión, a las demandas de un mayor gasto militar por parte de Trump.

España se mantiene en el puesto 16, con un gasto de 18.200 millones de euros en el año 2018. «Según los cálculos del Centro Delàs -que incluyen partidas escondidas en otros ministerios a parte del de Defensa- la cifra casi alcanza los 20.000 millones de euros corrientes«, ha añadido Jordi Calvo. Por otro lado, el coordinador del Centre Delàs ha destacado el importante impulso que el sector público español ha dado al complejo militar industrial español, consiguiendo que España sea el séptimo exportador de armas del mundo, con clientes preferenciales tan controvertidos como Arabia Saudí, habiendo contribuido considerablemente a las capacidades bélicas de un país que está envuelto en la guerra del Yemen.

En la línea de las demandas de la Campaña Global sobre el Gasto Militar, que promueve los GDAMS y reclama la reducción del gasto militar y la inversión en necesidades sociales, Luca Gervasoni, presidente de Lafede.cat, ha cuestionado cuáles deberían ser las prioridades del Estado español en materia de política exterior, poniendo algunos ejemplos como “el cambio climático, el hambre en el mundo, las desigualdades mundiales, la vulneración de derechos relacionada con el creciente del autoritarismo por todas partes”. En este sentido, Gervasoni ha añadido que «teniendo en cuenta los datos sobre gasto militar, que no haya recursos para la cooperación internacional es altamente discutible».

Claudia Bosch, representante de Rebel·lió o Extinció XR Barcelona, que es parte del movimiento global por el clima Extinction Rebellion, ha alertado que «los efectos del cambio climático nos llevan a escenarios de conflicto, que combinado con un aumento del gasto militar, puede conducirnos a un contexto de aún mayor conflictividad»Ha destacado además el coste de oportunidad que supone destinar recursos al sector militar en lugar de a atajar la emergencia climática, así como el impacto ambiental de la actividad militar.

Por otro lado, Pepe Beunza, primer objetor de conciencia político del estado español, ha puesto en contexto la lucha por la reducción del gasto militar en España. «Desde el movimiento de objetores de conciencia al servicio militar conseguimos reivindicar en aquel momento la demanda ‘gasto militar para gastos sociales’ y todavía lo continuamos reclamando», ha explicado Beunza. Por otro lado, el histórico activista ha desmontado el falso dilema del pan o las armas que se utiliza para justificar el gasto militar por la creación de empleos que supone, que ha considerado “pura demagogia, ya que está probado que la inversión en servicios sociales como la educación genera siempre más empleo”.

Esta rueda de prensa ha sido una de las cuatro que se han celebrado (Barcelona, Berlín, Seúl y Sídney) con motivo del GDAMS, que coordina acciones en todo el mundo desde el pasado 13 de abril y hasta el 9 de mayo. Esta campaña del International Peace Bureau trabaja para la acción y la sensibilización en torno a la necesidad de reducir el gasto militar y redireccionarla para cubrir las necesidades humanas y medioambientales.



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