Kuniko Kimura: “La humanidad no puede convivir con armas nucleares”

Kuniko Kimura: “La humanidad no puede convivir con armas nucleares”

Kuniko Kimura y Masashi Iesima son Hibakusha, supervivientes del desastre nuclear. Llevan toda una vida de lucha, han transmitido a todo el mundo mediante sus relatos los daños de la bomba atómica para que nunca más vuelva a producirse una tragedia de tal magnitud. Su última parada ha sido Sant Cugat, organizado por El Centre Delàs d’Estudis per la Pau, en colaboración con el International Peace Bureau y Gensuikyo.

6 de agosto de 1945. 10:15 de la mañana. Estaba a punto de finalizar la II.Guerra Mundial cuando una bomba de uranio llamada “Little Boy” impactó sobre Hiroshima, dejando más de 100.000 muertes a su paso. Sólo tres días más tarde, los EEUU al mando del presidente Harry Truman bombardearon, esta vez, Nagasaki, con una bomba de plutonio. El territorio quedó devastado y 70 años más tarde la herida de lo ocurrido aún sigue abierta.

Kuniko Kimura se encontraba a 1,7km cuando lanzaron la bomba sobre Hiroshima. Tenía tan solo cinco años pero el recuerdo se le clavó en la memoria. Escuchó las sirenas y los aviones y se tiró al suelo en un acto-reflejo. Al incorporarse no quedaba nada de su casa, solamente ruinas y destrucción. “Tengo miedo a los aviones, sigo teniendo pesadillas” confiesa. Y es que la sensación de pánico y terror aún perdura en ella.

Masashi Ieshima era más pequeño que Kuniko, tenía tres años y se encontraba a 2,5km. A pesar de que no tiene recuerdos nítidos, no olvida lo que vivió en 1945, las palabras de su madre calificando aquel “infierno”, ni las consecuencias en años posteriores. De hecho, la Cruz Roja Japonesa sigue atendiendo a más de 1000 personas al año, sobre todo a los hijos de las víctimas. Masashi hace hincapié en la discriminación social que las víctimas han tenido durante estos años, sobretodo en el ámbito laboral y matrimonial.

Recalca también las secuelas psicológicas que padece sobre todo la segunda generación. “La radiación es algo que está pero que no se ve y eso produce una gran preocupación, porque no sabes cuándo acabará la pesadilla”, explica el Hibakusha. Kuniko dice al respecto que durante diez años se les ocultaban los posibles efectos y secuelas, y que cuando un bebé nacía “rezábamos porque saliera sin ninguna deformidad”. Por eso han querido recordar el desastre de Fukushima, con los mismos efectos en la sociedad.

Hoy en día nueve países son poseedores de más de 17.000 armas nucleares, mucho más poderosas que las bombas atómicas que cayeron sobre Japón en 1945. Si solo se detonara una cabeza nuclear sobre una gran ciudad, podría matar a millones de personas y provocar efectos que persistirían durante décadas.

Tras su testimonio los Hibakusha concluyen que “la humanidad no puede convivir con armas nucleares”. Por último, hacen un llamamiento a la paz mundial y al desarme, recordando la nueva Ley que vulnera el artículo 9 de la Constitución japonesa que levanta el veto constitucional sobre la no intervención militar.

Con este objetivo, el Centre Delàs d’Estudis per la Pau participa en la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), que con actos como este, impulsa la elaboración de un tratado para prohibir el uso de las armas nucleares a nivel internacional, que sea ratificado por los gobiernos de los diferentes países del mundo.

Desde el Centre Delàs trabajamos de manera activa en coordinación con varias entidades del mundo para conseguir poner el debate en la agenda política siendo uno de los mecanismos para poner fin a los riesgos del armamento nuclear. Animamos a todas las personas o colectivos a unirse y dar apoyo a la Campaña para la Abolición de las Armas Nucleares.



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