Paco Fernández Buey pacifista
Francisco Fernández Buey ha muerto. Entre otras cosas era un pacifista convencido que siempre mostró su apoyo al movimiento por la paz. Esta es una reseña de gratitud por sus múltiples contibuciones a la paz.
La muerte de Paco Fernández Buey ha trastornado a la gente de los movimientos sociales de izquierdas que en los últimos cuarenta y tantos años se han movilizado a favor de mayor justicia social, dado que él era un referente de compromiso ético en la transformación de nuestra sociedad. Fernández Buey podía ser calificado de diversas formas, además de filósofo y escritor brillante, se le podía definir como feminista, ecologista, pacifista, humanista o comunista, aunque esta última denominación él era consciente de que hoy y durante muchos años estaba desprestigiada por los crímenes cometidos por los regímenes que así se autoproclamaban.
Esta reseña sólo quiere recordar a Fernández Buey pacifista, que es una entre las diversas militancias intelectuales que él tuvo en su vida. Su principal fuente pacifista proviene de la investigación realizada sobre el dominico Bartolomé de las Casas plasmada en su libro «La gran perturbación», donde analizó la controversia mantenida entre Las Casas y la jerarquía de la iglesia católica en defensa de las comunidades indígenas en el descubrimiento de América frente a la violencia desatada por la cultura dominante española. Del choque entre las culturas, nace una reflexión sobre los «otros», los indígenas, que es sin duda una extraordinaria aportación a una cultura de paz universal. En otras obras, «Ni tribunos», Fernández Buey apunta una cuestión que es fundamental para el pacifismo, que la violencia es un factor perturbador a la hora de crear una sociedad de iguales e incompatible con una democracia social. Luego está el libro dedicado a Albert Einstein, uno de los pacifistas más preeminentes del siglo XX, obra donde recorre los escritos pacifistas del científico a quien no duda en denominar de filósofo de la paz. O la obra «Poliética», donde repasa la trayectoria de siete autores a los que admira, de los que cinco son pensadores que han hecho contribuciones importantes sobre la violencia, el militarismo, la guerra y la paz, Benjamin, Brecht, Hannah Arendt, Simone Weil y Primo Levy. Es decir, Paco Fernández Buey nos ha dejado una obra donde se pueden seguir muchas reflexiones sobre el pensamiento por la paz contemporáneo.
Pero en Fernández Buey también hay buenos ejemplos de activismo pacifista. Formó parte del consejo de redacción de la revista En Pie de Paz, nacida para dar impulso a la campaña por la salida de la España de la OTAN; o su incondicional apoyo a los objetores e insumisos al servicio militar obligatorio; también practicó la objeción fiscal en la declaración de renta al presupuesto de Defensa de España; sus adhesiones a los múltiples manifiestos, comunicados o actos públicos en contra de los diferentes conflictos y guerras durante muchos años: la guerra del Golfo, los diferentes conflictos de la ex Yugoslavia, las guerras de Timor Oriental, Afganistán, Líbano, Palestina, Irak, Libia. En todas ellas se pudo contar siempre con su incondicional apoyo y nunca dudó ni tuvo una respuesta negativa a las demandas del movimiento por la paz.
La muerte de Paco Fernández Buey es una pérdida en muchos sentidos, como profesor, filósofo, articulista, activista comprometido con los movimientos sociales de transformación, entre ellos el pacifista. Paco era consciente de que la mejor manera de acabar con la lucha de clases no era a través de la violencia sino convenciendo en el combate de las ideas.