Violencia armada en EEUU

Violencia armada en EEUU

El desgraciado tiroteo de Washington, con al menos 12 víctimas mortales además del asaltante, llega justamente cuando se conmemora la Semana Global contra la Violencia Armada, que finalizará el día internacional por la paz. Desafortunadamente, este trágico incidente no es el primero que nos llega desde el país con más armas en manos de civiles del mundo. Y, con toda seguridad, no será el último.

Estados Unidos es literalmente un polvorín, con más armas en la calle que personas. Se calcula que hay entre 270 y 310 millones de armas de fuego en manos de civiles en las que habría que sumar millones de armas en manos de cuerpos de seguridad y militares, para una población de poco más de 300 millones. Esta enorme cantidad de armas en circulación favorece que en 2011 se haya llegado en EEUU a 11 mil homicidios, 850 muertes no intencionadas y cerca de 20 mil suicidios con armas de pequeño calibre.

Los esfuerzos de Obama para reducir la permisividad de la legislación estadounidense con la adquisición y posesión de armas en manos de civiles –fruto de los continuos sucesos trágicos en centros educativos o ,como en este caso ,a un centro de la Armada–, han resultado hasta ahora infructuosos . El derecho a poseer armas está garantizado por ley. Incluso en algunas jurisdicciones norteamericanas la posesión privada de armas semiautomáticas de asalto, pistolas y revólveres, es permitida sin licencia . La edad mínima para comprar pistolas y rifles es de 18 años, más baja que los 21 que se piden para consumir bebidas alcohólicas.

Esta gran proliferación de armas no puede ser más que resultado de un poderoso e influyente lobby armamentístico, que ha logrado frenar cualquier medida para hacer más difícil tener armas en Estados Unidos. Tiene cierta lógica que una industria que sólo en este país ha casi duplicado en una década el número de armas pequeñas que fabrica, llegando a cinco millones y medio en 2010 , no quiera dejar que les quiten parte del negocio. Si además consideramos que se mueve un volumen de más de 2 mil millones de dólares al año en importación y exportación de armas pequeñas y municiones en EEUU, la cuestión se hace más difícil de resolver . Estamos hablando de un país donde las empresas de armas financian a un buen número de congresistas , y donde uno de los principales exponentes del lobby armamentístico, la Asociación Nacional del Rifle, ha propuesto como solución a las recurrentes matanzas en institutos de secundaria  proveer de armamento a los profesores. En España si bien el volumen de armas y la permisividad son menores que en EEUU, el problema no se puede obviar. En España  se calcula que hay 4,5 millones de armas de fuego en manos de civiles, algunas de las cuales son utilizadas para perpetrar entre un 15 y un 20% del total de homicidios y doscientos suicidios en el estado cada año.

Sin embargo, la violencia armada no es un problema exclusivo de EEUU o de España. Las armas pequeñas terminan con un millar de vidas humanas cada día en todo el mundo. Pero son muchos más quienes, sobre todo en países en desarrollo , son heridos , mutilados o aterrorizados por estas armas cuando intentan hacer su vida cotidiana . De los más de 875 millones de armas de fuego existentes en todo el mundo, el 75 % están en manos de civiles. No ayuda a reducir esta escalofriante cifra que cada año se fabriquen 8 millones más, a las que hay que sumar entre 10 y 15 mil millones de municiones, suficientes para disparar a cada ser humano del planeta no una sino diez veces.

Uno de los argumentos utilizados para lograr una cultura de paz es el que afirma que las guerras y la violencia está en la mente de las personas , y es de la mente de las personas de donde debemos sacarlas . Es verdad, estamos educados en la violencia, hemos naturalizado la existencia de las armas y las guerras gracias a juguetes , videojuegos, películas y literatura belicista , y todo ello se debe erradicar . Vivimos en una sociedad violenta, y todos somos responsables . Pero unos más que otros. Como es el caso de los gobernantes y legisladores que favorecen su fabricación y venta , y los fabricantes que las producen y que se enriquecen cada año gracias a un negocio mundial de armas pequeñas y ligeras de 7 mil millones de dólares. Un pastel demasiado grande para poner la moral por delante de la codicia.

Como dice la UNESCO , construyamos la paz en la mente de los hombres y las mujeres, pero no olvidemos empezar, y con urgencia , por el desarme. Las guerras no se podrían hacer sin armas y sin ejércitos que enviar a dispararlas. Un mundo con menos armas es igual a un mundo más pacífico.


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Publicado en Diari Ara, el 19/09/2013
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