La ANC y el ejercito catalan
El proceso soberanista que se esta llevando a cabo en Catalunya promueve se diseñen estructuras del futuro estado, entre otras, existe la propuesta de un sector de la Asamblea Nacional Catalana que propone dotarse de un ejercito.
La sectorial de defensa de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), ha emitido un informe sobre cómo se ha de constituir el ejército de un futuro Estado catalán. Tanto los medios de comunicación como la clase política se han hecho eco, en su mayoría de forma desfavorable, tanto, que la misma ANC se ha visto obligada a emitir un comunicado en el que señala que esta opinión no representa el sentir de la organización que sólo se expresa a través del Secretariado Nacional, sino que sólo es la opinión de una comisión. Pero aún así, que la web de la ANC, de cobijo y destaque una propuesta tan atrevida dentro del proyecto «El país que queremos» quiere decir que merece de su confianza.
La lectura de la propuesta conduce inmediatamente a observar que se trata de una acumulación de despropósitos. No hay ninguna evaluación estratégica de por qué se necesita un ejército, ni del número de efectivos, ni de costes, tampoco de qué armamentos y de qué instalaciones y equipos se dispondrá. Sólo hay un apartado que anuncia la creación de una armada provista de 2.000 efectivos y algunos buques de guerra para proteger las aguas territoriales. Dejando para más adelante la elaboración de propuestas para los ejércitos de aire y tierra. Pero en cambio, lo más importante no lo dicen, que es saber de qué y de quién han de proteger esas fuerzas armadas a los catalanes. En este sentido, produce perplejidad que se diseñe un ejército sin saber la cuestión más fundamental: la estrategia de seguridad que determina cuáles son los riesgos, peligros y amenazas que se ciernen sobre Cataluña y sus habitantes.
La propuesta de creación de un ejército hace tiempo que ronda por la cabeza de algunos nacionalistas catalanes, ya que se ha plasmado en algunos informes que se han hecho públicos. En alguno de ellos se hablaba de 25.000 efectivos y unos costes que podían rondar los 2.500 millones. Pero que ahora surja desde dentro de la ANC tiene su importancia por la enorme influencia que tiene esta organización en el proceso soberanista catalán. Propuesta que nos debería hacer reflexionar sobre la clase de Estado que se pretende construir. Por que pedir un ejército, es considerar que el futuro Estado, al menos en el ámbito de la seguridad y defensa, se creará de forma semejante del que se pretende separar y otros similares, que por cierto son la inmensa mayoría. Estados que consideran la fuerza militar como el pilar decisivo de la seguridad, aunque sea como última instancia, para resolver los conflictos. Cuando la defensa y la seguridad nacional podría ejercerse por otros medios políticos, diplomáticos, agencias, centros… y acuerdos entre estados con quien compartir la seguridad. Y por supuesto con cuerpos especiales que puedan proporcionar seguridad tanto del espacio aéreo como marítimo, como evidentemente de la población. Además de aspirar y trabajar por una gobernanza regional (UE) y mundial (ONU) reformadas que dispusieran de cuerpos de seguridad propios para preservar la paz.
En este sentido, la propuesta de la sectorial de la ANC quiere reproducir el principio de Weber que sustenta que la hegemonía de la violencia recae solamente en manos del Estado. Cuando la alternativa debería ser aspirar a minimizar al máximo la violencia del Estado, sustituirla por seguridad humana, que desplaza la defensa del Estado por el de las personas, y sobre todo, comprometer a la ciudadanía en la regulación de la violencia.
Arriesgada propuesta también por otros motivos. Primero por no haber tenido en cuenta que en Cataluña tiene una fuerte presencia el trabajo por la paz. Prueba de ello es la existencia de varios centros que trabajan por una cultura de paz y que difunden estudios de seguridad y de resolución de conflictos, como el mismo Instituto Catalán Internacional por la Paz que depende del Parlamento de Cataluña; de organizaciones que están presentes en campañas tanto nacionales como internacionales de desarme; de diversas entidades que trabajan por la defensa de los derechos humanos, la solidaridad y la cooperación internacional como agentes de construcción de paz. Conjunto de entidades que visten un movimiento por la paz que ha demostrado su capacidad de movilizar a la población ante diferentes guerras, recordemos las guerras de la exYugoslavia e Irak. Por eso no deja de sorprender, que la ANC dé cobijo a un grupo que ha lanzado una propuesta tan arriesgada. Por una parte, porque no ha dialogado con este amplio entramado de instituciones; y por otra, porque muchos catalanes se pueden sentir defraudados por el país que se está diseñando desde la ANC.
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