Entidades ecologistas, pacifistas y feministas nos unimos en la campaña “Descarbonizar Es Desmilitarizar” para exigir la obligación de declarar y reducir la huella de carbono del sector militar

Entidades ecologistas, pacifistas y feministas nos unimos en la campaña “Descarbonizar Es Desmilitarizar” para exigir la obligación de declarar y reducir la huella de carbono del sector militar

Representantes del Centre Delàs d’Estudis per la Pau, Ecologistas en Acción, Dones x Dones y Extinction Rebellion Barcelona, ​presentamos la campaña “Descarbonizar Es Desmilitarizar” en rueda de prensa el pasado 13 de junio en Barcelona, ​​para dar a conocer sus objetivos, sus demandas y las acciones previstas para los próximos meses. Esta campaña cuenta ya con más de 40 adhesiones, principalmente de organizaciones y colectivos del movimiento ecologista y pacifista, pero también otras que trabajan por la justicia social.

La campaña se centra en exigir que las fuerzas armadas y la industria militar declaren sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y las reduzcan. Por eso una de las estrategias de incidencia será impulsar acciones de denuncia con demandas concretas, para cumplir un doble objetivo: la concienciación y ampliación de conocimiento de la sociedad sobre la relación entre el sector militar y la emergencia ecológica; y la consecución de cambios y transformaciones entre los agentes denunciados, esto es, transparencia en el ejército español.

Carolina Pérez, de Ecologistes en Acció, explicó que esta «campaña busca reforzar los vínculos entre las reivindicaciones pacifistas, ecologistas, feministas y por la transformación social hacia una Justicia Global, entendiéndolas como inseparables en sus objetivos». La campaña pretende también extender la idea de que una sociedad ambientalmente más justa es inseparable de una sociedad desarmada y desmilitarizada. Para ello se impulsarán acciones de sensibilización, formación, movilización e incidencia política, todas ellas mediante el enredamiento y el trabajo coordinado entre todas las participantes.

Desde hace tiempo la comunidad científica insiste en la necesidad de reducir las emisiones de GEI para evitar un aumento aún mayor y más catastrófico de la temperatura media de la Tierra. Las emisiones del sector militar son en este sentido muy relevantes: aunque no existe un registro riguroso de estas emisiones de las fuerzas armadas y la información de la industria militar es, en general, deficiente e incompleta, Teresa de Fortuny, del Centre Delàs, expuso que «un estudio del año 2022 estimaba la huella de carbono militar mundial en un 5,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero globales». Estas emisiones son similares a las de la aviación comercial.

Las fuerzas armadas son grandes consumidoras de energía y, por tanto, grandes contribuidoras a la emergencia ecológica. Una evaluación completa debe basarse en el ciclo completo de vida (huella de carbono) del sector militar, que incluye todas las fases del ciclo, desde la extracción de materias primas necesarias para la fabricación de armamento y de equipamiento militar, pasando por su fabricación, su utilización y la gestión de los residuos. Esto significa que es necesario contar tanto las emisiones directas (consumo energético de las bases y consumo de combustibles fósiles de los vehículos militares terrestres, barcos y aeronaves) como las indirectas (producción de armas, de equipamiento militar y cadena de suministro militar). De hecho, investigaciones realizadas en el ámbito militar de la UE y del Reino Unido demuestran que son la fabricación de armamento y las cadenas de abastecimiento las que representan la mayor parte de las emisiones militares. Además, como alertó Fortuny, «la UE está en pleno proceso de rearme, militarización y adopción de posiciones belicistas, proceso que últimamente se ha intensificado de forma acelerada».

Por otra parte, se estima que los terrenos de entrenamiento y fincas militares representan entre el 1 y el 6% de la superficie terrestre. Los campos de disparo en terreno militar pueden incrementar el riesgo de incendios, una fuente importante de emisiones y disminuyen la capacidad de la vegetación y del suelo de almacenar carbono. Los ejercicios de entrenamiento y maniobras militares por sí solos también generan importantes emisiones GEI y degradación del suelo. El mantenimiento de las bases militares también daña a los ecosistemas.

Las fuerzas armadas generan residuos, como municiones que, por lo general, se destruyen por detonación o quema. Esta práctica contamina la tierra, genera productos nocivos y emite GEI. Todavía existen ejércitos donde la gestión de residuos se realiza en pozos abiertos en los que se queman los desechos. En ocasiones también se hunden en el océano barcos de guerra obsoletos. También se han detectado productos químicos muy contaminantes y tóxicos en aguas subterráneas y de boca en distintas zonas cercanas a bases militares.

Sin embargo, las actividades militares, a pesar de ser, como se ha dicho, altamente contaminantes, no deben comunicar sus emisiones GEI a las Naciones Unidas. La comunicación y la reducción de las emisiones militares, en el Protocolo de Kioto de 1997, quedaron exentas por la presión de Estados Unidos. El Acuerdo de París de 2015 suprimió su exención, pero permite la voluntariedad de la información sobre emisiones militares y deja su reducción al criterio de cada país. Tampoco las empresas de armas están obligadas a informar sobre sus emisiones.

En términos generales existe muy poca información y muy poco fiable (cuando está) sobre las emisiones del sector de defensa (fuerzas armadas e industria militar).

Existe una necesidad urgente de incluir el ámbito militar en los compromisos de los estados de reducir sus emisiones de GEI. «Es urgente que se equipare el sector militar a los sectores civiles en cuanto a informar y reducir las emisiones GEI. Más aún si se tiene en cuenta que el sector militar no beneficia en absoluto a la inmensa mayoría de la población y que el poder (político y económico) está promoviendo un incremento en la militarización mundial».

Manifiesto ‘Descarbonizar Es Desmilitarizar. Control y limitación de las emisiones militares’

Desde hace tiempo la comunidad científica insiste en la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para evitar el aumento de la temperatura media de la Tierra. Sin embargo, las diferentes Conferencias de las Partes sobre el cambio climático (COP) no han sido capaces de incluir el ámbito militar en la obligatoriedad de reducción de emisiones GEI. La información sobre (y la reducción de) las emisiones de GEI militares quedaron exentas del acuerdo de Kioto (1997). El acuerdo de París (2015) suprimió su exención, pero permite la voluntariedad de la información y deja la reducción al criterio de cada país.

Las emisiones de GEI del sector militar son relevantes. No existe un registro riguroso de estas emisiones de las fuerzas armadas y la información de la industria militar es, en general, deficiente e incompleta. Sin embargo, se estima que las emisiones de GEI del sector militar (fuerzas armadas e industria militar), representan el 5,5% de las emisiones mundiales, similares a las emisiones de la aviación comercial. Según el Reglamento Europeo sobre el Clima, los países de la UE deben reducir las emisiones de GEI al menos en un 55% de 1990 a 2030, con el objetivo de la neutralidad climática en 2050. En el caso del Estado español , la Ley 7/2021 de cambio climático y transición energética establece el objetivo de reducir, en 2030, las emisiones de GEI en un 23% respecto a niveles de 1990. La ley española excluye todas aquellas actividades, instalaciones, equipamiento y armamento, cuyo objetivo sea la protección de los intereses esenciales de la Defensa Nacional y de la Seguridad Pública (disposición adicional 1a).

En España se desconocen las emisiones de las Fuerzas Armadas y la información de la industria militar suele ser muy incompleta o inexistente, con alguna excepción. Las emisiones de GEI asociadas a las fuerzas armadas y la industria militar deben contabilizarse en el total de emisiones y deben reducirse. En caso contrario, si el resto de sectores económicos alcanza la neutralidad de emisiones, ésta será falsa ya que el sector militar seguirá emitiendo. Por otra parte, si no se informa de estas emisiones no se podrá realizar un seguimiento ni implementar medidas de reducción.

La Estrategia de Seguridad Nacional y la Directiva de Defensa Nacional de España señalan el cambio climático como fuente potencial de amenazas para la seguridad nacional, como las migraciones climáticas. También señalan la creciente escasez de recursos como un peligro para la seguridad energética. Afirman que deben afrontarse estos peligros, incluso, si es necesario, militarmente. Documentos homólogos de la UE y de la OTAN expresan lo mismo.

Por todo ello, pedimos al Gobierno español que:

  1. Informe de las emisiones de GEI de las Fuerzas Armadas españolas.
  2. Obligue a las empresas del sector de defensa y seguridad a que declaren de
    forma segregada las emisiones de GEI correspondientes a la fabricación de
    armamento y de material de defensa.
  3. Declare las emisiones de GEI asociadas a las fuerzas armadas y a la industria
    armamentista en los informes que remite a los distintos organismos
    internacionales.
  4. Impulse un acuerdo entre los estados, en las próximas COP, para establecer la
    obligatoriedad de informar sobre (y de reducir) las emisiones de GEI del sector
    militar: fuerzas armadas e industria armamentista.
  5. Dirija los recursos que destina a protegerse, tanto de las migraciones climáticas
    como de la inseguridad energética, a promover la justicia social y
    medioambiental.

Este manifiesto está abierto a adhesiones de organizaciones en este enlace. Un primer listado de entidades adheridas es público desde el 13 de junio de 2024 a las 11:00h, coincidiendo con el lanzamiento de la campaña ‘Descarbonizar Es Desmilitarizar’.

Esta iniciativa busca reforzar los vínculos entre las reivindicaciones pacifistas, ecologistas, feministas y por la justicia global, entendiendo éstas como inseparables en sus objetivos y tratando de poner luz sobre las interconexiones entre la crisis climática y el militarismo. Es una iniciativa del Centro Delàs de Estudios por la Paz, Ecologistas en Acción y Extinction Rebellion.

Lista de adhesiones:
Ecologistas en Acción
Extinction Rebellion
Centre Delàs d’Estudis per la Pau
Greenpeace
Lafede.cat – Federació d’organitzacions per a la justícia global
AIPAZ
Plataforma Desmilitaritzem l’Educació de Catalunya
Observatori del Deute en la Globalització
Justícia i Pau Barcelona
FundiPau
WILPF España
Alternativas Noviolentas
Unipau (Universitat Internacional de la Pau)
SETEM Catalunya
Irídia – Centre per la Defensa dels Drets Humans
Fundación Cultura de Paz
Alternativa Antimilitarista.MOC/ADNV(Canarias)
Ecologistas en Acción-Córdoba
Novact
End Fossil BCN
Instituto de la Paz y los Conflictos, Universidad de Granada
Ongi Etorri Errefuxiatuak
Ecologistas La Parrilla
Coordinadora Andalucía con Palestina
La Guerra Empieza Aquí
CCOO de Catalunya
Asociación Paz con Dignidad
Burla Verde O Courel
Ecologistas en Acción de Sanlúcar
CNT-AIT Granada
La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo
Assemblea 15M de Sarrià-Sant Gervasi
IPB Barcelona
DonesxDones
Comissió Catalana d’Acció pel Refugi
Antimilitaristes-MOC València
Pressenza
Coordinadora Andaluza de Mareas Blancas (CAMB)
Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública (ADSP)
Servei Civil Internacional de Catalunya (SCI CAT)



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