Armas y enfermedad mental
El congreso de los Estados Unidos aprobó a finales de diciembre de 2007 una ley que introduce una regulación en la venta de armas de fuego. Esta regulación deniega el derecho de los enfermos mentales a tener un arma de fuego, introduciendo una serie de medidas que obligan a comprobar los antecedentes de los compradores. El objetivo, según señalan diversas fuentes de información, es “mejorar el sistema nacional de control de antecedentes criminales”. Una lectura superficial de la noticia puede llevar a pensar que algo es algo, que siempre es buena una regulación aunque sea pequeña, pero si se piensa un poco mas allá de leer los titulares y la negrita, el tema ya no es tan simple. De entrada es profundamente injusto y falso relacionar directamente criminalidad, violencia y enfermedad mental, cosa a la que, desgraciadamente nos tienen acostumbrados los medios de comunicación, sean más o menos “progresistas”.
Esta ley es consecuencia directa de la conmoción que causó la
matanza ocurrida el 16 de abril del año pasado en la universidad
politécnica de Virginia (USA). El también estudiante, causante de la
matanza de 32 estudiantes y profesores, que posteriormente se suicidó,
sufría evidentemente una patología mental pero, la relación directa de
enfermedad mental y violencia es estadísticamente falsa y, el tema pasa
más por la prohibición de la venta de dichas armas y una diferente
pedagogía social que no por la criminalización indiscriminada y la
estigmatización de colectivos en situación de vulnerabilidad social a
diferentes niveles.
Sobre la relación de los medios de
comunicación, la enfermedad mental y la violencia es muy aleccionador
consultar los documentos publicados al respecto por la Federación
Española de Asociaciones de Familiares de Enfermos Mentales (FEAFES) y
que se pueden encontrar en su página web (www.feafes.com).