Crónica de la participación de las activistas de la campaña Banca Armada en la junta de accionistas del BBVA 2019
El BBVA es el banco estatal que encabeza, un año más, el ranking de inversiones en industria armamentística y que contribuye al mantenimiento de las armas nucleares financiando siete empresas de este sector en concreto. De 2011 a 2018, el BBVA ha financiado con más 2.678 millones de euros empresas que fabrican misiles, explosivos, armas ligeras, balas, helicópteros militares, aviones de combate, electrónica militar y armas nucleares, entre otros.
Activistas de la Campaña Banca Armada -integrada actualmente por el Centro Delàs de Estudis per la Pau, SETEM, HECHOS, Justícia i Pau, ODG, Col·lectiu Rets, AA-MOC y Novessendes- han intentado denunciarlo esta mañana a la junta de accionistas del BBVA que se ha celebrado en Bilbao. A pesar de cumplir con todos los requerimientos legales y presentar las delegaciones de voto correspondientes, la seguridad del recinto ha dificultado y retrasado todos los procedimientos para impedir la acreditación de las activistas para poder intervenir durante el turno de palabra en la junta y ha terminado negándoles la posibilidad de hacerlo.
La negativa, que ha sido argumentada en base a que los sistemas informáticos ya se habían cerrado, sólo les ha permitido estar presentes en la junta pero no participar con los discursos preparados. Sin embargo, las activistas han leído fuera del recinto los textos de denuncia una vez finalizada la junta.
De 2013 a 2018, el BBVA ha invertido 1714 millones de euros en las siguientes empresas que diseñan, mantienen o modernizan armamento nuclear: Aecom, Airbus, Boeing, BWX Technologies, General Dynamics, Honeywell International y Jacobs Engineering.
“Ante el tenso panorama geopolítico internacional, hacer negocios con el armamento nuclear es una acción irresponsable que atenta contra la vida de las personas y el planeta” ha afirmado el activista Jon Narvaéz durante su intervención fuera del recinto. También ha explicado que, recientemente, los gobiernos de Estados Unidos y Rúsia han anunciado su retirada del Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF), un acuerdo histórico de desarmamento firmado durante la Guerra Fría, que alejó Europa de los misiles de crucero de tierra con un rango de entre 500 y 5.500 kilómetros. “Las consecuencias humanas y medioambientales de un estallido nuclear serían catastróficas; la muerte y la destrucción se extenderían en un radio mucho más amplio del que provocaron las detonaciones en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial, además de afectar severamente al cambio climático y causar miles de desplazamientos forzosos de población hacia zonas seguras”, ha asegurado Narvaéz.
Entre las empresas financiadas por el BBVA, destaca AECOM, que forma parte del grupo de empresas que dirige los laboratorios de pruebas de armas nucleares en Estados Unidos y que tiene un papel imprescindible en los planes de modernización del arsenal de armas nucleares de este país. Otra empresa que recibe el apoyo del BBVA es Boeing, que mantiene el operativo del Minuteman III, los misiles nucleares intercontinentales de Estados Unidos, y que produce diferentes elementos de la nueva B61-12, la principal bomba termonuclear del arsenal de Estados Unidos (destinadas a ser desplegadas en Europa).
Armamento y seguridad: un negocio doble
Otras empresas financiadas por el BBVA como Airbus o Leonardo, hacen un negocio doble, apuntó la activista Maria de Lluc Bagur en su intervención. Por un lado, exportan armas en Oriente Medio y el Norte de África y contribuyen a escalar la violencia de los conflictos armados de estos territorios, aumentando la inseguridad de las personas que viven y provocando que se vean obligadas a exiliarse y buscar refugio en otros países. En los últimos años, la cifra de desplazamientos forzados se ha incrementado considerablemente y actualmente se contabilizan 70 millones de personas desplazadas. Por otra parte, también forman parte de la industria militar y de la seguridad europea que se beneficia de esta tragedia: después de suministrar armas a los países en conflicto, venden equipos de seguridad y de control de fronteras para evitar la entrada de las personas que huyen de la guerra en sus países y buscan asilo en los territorios de la UE. Este es el caso sobre todo de Indra, la empresa española de tecnología militar a quien BBVA ha destinado más de 10 mil millones de euros.
Durante las próximas semanas, la campaña también participará en las juntas de Banco Santander, Caixabank, Banco Sabadell y Bankia gracias a los votos que accionistas de todo el estado han delegado para denunciar las malas prácticas de estas empresas.
Se pueden consultar los textos completos y las dos intervenciones en video aquí.