Sin gasto militar otro mundo bien distinto sería posible

Sin gasto militar otro mundo bien distinto sería posible

Coincidiendo con el Día Global sobre el Gasto Militar (GDAMS en Inglés), el pasado mes de Abril, el International Peace Bureau y el Centra Delas de estudios por la Paz, dieron a conocer algunos datos que resultan espeluznantes. Vayan aquí como muestra algunas pinceladas:

  • El Gasto Militar Mundial asciende a 1,98 billones de dólares (fuente SIPRI, Stockholm International PeaceResearchInstitute). Un Gasto claramente en aumento (un 50% más alto que al final de la guerra fría y un 2,4% más alto en 2020, en plena pandemia).
  • Con el 9% de ese Gasto, se podría financiar en 10 años la adaptación al cambio climático que propone la ” Global Comisión OnAdaptatión”.
  • Con el 7% del Gasto Militar mundial, bastaría para cubrir el gasto de vacunación universal contra la pandemia (Oxfam).
  • Con 26 horas sin gastar dinero en armas a nivel mundial, se podría salvar del hambre a 34 millones de personas…

Terrorífico sin duda. Solo el hecho de pensar que los dirigentes que rigen el destino de la humanidad prefieren hacer negocio que salvar vidas humanas. Porque a estas alturas creo que poca gente habrá que piense que la finalidad de la guerra sea la paz, sin lugar a dudas, la finalidad de la guerra es el negocio. Un negocio regido por lo que se denomina ” El Complejo Industrial Militar “.

En el libro Economía ( de guerra), Pere Ortega del Centre Delas nos lo define así: ” conjunto de organizaciones y personas empresariales, políticos y altos mandos militares que rodean los Ministerios de Defensa, con el deseo de influir en las decisiones sobre política militar relacionadas con las adquisiciones de armamentos. Este entramado es el beneficiario directo de las decisiones adoptadas por los gobiernos sobre los presupuestos militares de los estados, la industria de armas y su comercio; como también influyen en las decisiones sobre intervenciones militares o en las guerras fuera de sus fronteras, que ineludiblemente conducirán al consumo de armamentos y a una mayor producción de estos en las empresas”.

En una de sus conferencias, el mismo investigador del Delás, nos puso un pequeño pero gráfico ejemplo, para entenderlo muy bien: ” Al día siguiente de que Trump decidiera atacar Siria, en Wall Street, la empresa fabricante Tomahawk subía un 3% en las acciones y ganaba 3000 millones de dólares. Esto es el Complejo Militar Industrial”.

Ya en 1960, al dejar el cargo, el Presidente Eisenhower alertaba de que ” en los consejos de gobierno, tenemos que protegernos de la influencia injustificada, sea buscada o no, del complejo militar industrial “, y añadía de que ” cada arma que se fabrica, cada buque de guerra que se bota, cada misil que se lanza, significa, en última instancia, un robo a aquellos que pasan hambre, a aquellos que pasan frío y no tienen con qué vestirse. “

3 de cada 4 armas que se fabrican en el mundo no existirían si no fuera por el apoyo de la Banca. La Banca Armada Española ha destinado 8686 millones de dólares a 9 compañías que han fabricado armamento exportado a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. BBVA y Banco de Santander, son los Bancos Españoles que más financiación han destinado a las empresas de armas suministradoras de los principales ejércitos involucrados, en la Guerra de Yemen, con 5201 millones de dólares durante el periodo 2015-2019.

Y luego claro está, las consecuencias son nefastas. Según datos del ACNUR, en Yemen, el 80% de la población necesita ayuda humanitaria para sobrevivir, hay cerca de 4 millones de desplazados internos y más de 7 millones de personas necesitan asistencia nutricional. La ONU afirma que más de 233.000 personas, en su inmensa mayoría civiles, han perdido la vida en Yemen.

La industria militar es una industria estratégica que existe por decisión política, igual que lo son las exportaciones de armas. Esas decisiones políticas, son las que hacen posible que por ejemplo, la venta de armas en España a Países involucrados en guerras en las que se cometen crímenes contra la población civil, se ocultan de manera sistemática por parte de los aparatos del Estado, y se incumple de esa manera, tanto la legislación Española como la Europea, que prohíben expresamente enviar material bélico cuando existan ” indicios racionales” de que pueda ser usado para ” perturbar la paz” o ” exacerbar tensiones o conflictos latentes”. La guerra del Yemen, es un ejemplo claro de esto, y las exportaciones de material bélico a la coalición que lidera Arabia Saudi, han sido denunciadas por numerosas organizaciones de todo tipo.

Queda claro que la industria armamentística es una cuestión de Estado que ha contado en España con el apoyo de los Gobiernos del PP y del PSOE y con la intervención directa de la Casa Real.

En la última década, las exportaciones de armas españolas crecieron un 300%.

Siguiendo con el ejemplo del Estado Español, vemos como más de una treintena de militares y políticos utilizaron las llamadas ” puertas giratorias” para aterrizar en empresas armamentísticas, dichas empresas valoran de manera muy positiva el poder contratar a personal que cuente con influencia en los aparatos del Estado, ya que en última instancia, será este quién deba autorizar  las operaciones en el exterior. Asimismo pueden ser una pieza clave a la hora de vender sus productos armamentísticos tanto al ministerio de defensa como al de exterior. Pedro Morenes y Eduardo Serra, ambos ministros de defensa en gobiernos del PP y que después han pasado a formar parte de consejos de dirección de fábricas de armas, son un claro ejemplo de estas ” puertas giratorias “. Como es de imaginar, este no es un problema solo a nivel estatal,” en Estados Unidos, en 2016, un 80% de generales que habían abandonado el servicio activo en las fuerzas armadas se incorporaron como consejeros en las industrias militares.”( Economía de guerra, Pere Ortega ).

En plena pandemia, el gobierno español anunció que iba a poner en marcha nuevos programas especiales de armamento que alcanzaban la cifra de 13.356 millones de euros. He de mencionar aquí que el Gasto Militar del Estado Español para 2021 será de 21623 millones de euros, más de 59 millones de euros al día, un auténtico despropósito.

Un Estado este, que ocupa el Séptimo puesto como exportador de armas a nivel mundial y el puesto diecisiete en cuanto a Gasto Militar se refiere.

Algunas comparaciones sobre el Gasto Militar y el Gasto en Seguridad Humana, son muy ilustrativas:

  • Frente a los 861 millones de euros que se invierten en I+D Militar, se invierten 287 millones en I+D Sanitaria y 24,52 millones en I+D Medioambiental.
  • En 2021 se destinarán 2341 millones de euros a realizar los Pagos Especiales de Armamento y 2378 millones a la ayuda oficial al Desarrollo.
  • Se emplearán 514 millones de euros a la compra de helicópteros militares, una cifra similar a la del presupuesto anual del Hospital Clínico de Barcelona.
  • Con los 245 millones que cuesta el Blindado 8×8 Dragón, se podría contratar a 6485 profesionales médicos durante un año.

Desde las organizaciones pacifistas se nos advierte de que los gobiernos tienden a minimizar al máximo posible el Gasto Militar para evitar posibles críticas de la opinión pública y tienden a intentar camuflarlo mediante partidas en otros ministerios y organismos.

Cada vez que se presentan los presupuestos de defensa de los estados ( que son los verdaderos financiadores de todo el ciclo económico militar),los ministros de defensa correspondientes, intentan argumentar sin ninguna consideración de tipo ético, que la inversión en Gasto Militar, ” genera empleo”….

Un estudio elaborado por Heidi Garre-Peltier y publicado por el Watson Institute de la Brown University, asegura que por cada millón de dólares de inversión en el sector militar, se generarían 6,9 puestos de trabajo. En cambio si la misma inversión se realizará en el sector de las energías renovables, se crearían un total de 8,4 puestos de trabajo en el caso de la energía eólica y de 9,5 en el caso de la energía solar. La modernización para mejorar la eficiencia energética reportaría 10,6 puestos de trabajo.

La creación de empleo en los sectores de educación y sanidad es aún mayor. Así, por cada millón de dólares de inversión se generarían 14,3 puestos de trabajo en el caso de que la inversión fuese dirigida a la sanidad y de 19,2 si la inversión se realizará en enseñanza primaria y secundaria.

Es decir, una determinada inversión realizada en el sector sanitario, genera un empleo 2,8 veces superior( casi el triple), a la misma cantidad invertida en el sector militar.

Como se sabe, después de la Segunda Guerra Mundial, a Alemania y a Japón se les prohibió realizar investigación en I+D Militar, de esta manera pasaron a ser las 2 industrias más competitivas de la segunda mitad del siglo XX.

Los cinco Países que más gastan en gasto militar son EEUU, China, India, Rusia y Reino Unido. Estados Unidos es por mucho la nación con mayor Gasto Militar del mundo, con 649.000 millones de dólares, y como dijo el Ex-Presidente Jimy Carter, ” la nación más predispuesta a la guerra, dado que solo ha tenido 16 años de Paz, de los 242 de su historia como nación”.

En el libro ” Gasto Militar y seguridad global”, coordinado por Jordi Calvo del Centre Delás y en el que participan diversxs investigadorxs, se nos cuenta cómo funciona el sistema: ” En 2018, el contribuyente medio envió 3456 dólares al Pentágono y sólo 39 dólares a la agencia de Protección Medioambiental…., los ciudadanos Estadounidenses están pagando los incrementos del Gasto Militar de la Administración Trump con un recorte del 36% de los programas medioambientales, un 35% de los programas de vivienda y comunitarios, un 41% en el Departamento de Estado y ayuda exterior y 700.000 familias han perdido ayudas para la alimentación”.

Y seguimos leyendo al equipo comandado por Jordi Calvo cuando hace referencia al Gasto Militar y su impacto en el Cambio Climático: ” Las actividades militares tienen un impacto significativo en el Cambio Climático. Siendo el mayor usuario mundial de petróleo y el principal productor de gases de efecto invernadero en todo el mundo, el ejército es una causa determinante del calentamiento global…, en este contexto, consideramos que una reducción mundial de los Gastos Militares, junto con una reorientación de esos fondos para cubrir las necesidades humanas y mejorar la seguridad humana mundial, sería una herramienta para reducir el calentamiento global y mitigar los efectos del cambio climático”.

Interesante asimismo, la reflexión que hace este grupo de investigadorxs cuando hablan sobre la relación entre el comercio de armas y los conflictos: “….a medida que aumenta el Gasto Militar, las exportaciones de armas tienden a aumentar en una proporción similar…., cuanto mayor la intensidad de un conflicto, más elevado el Gasto Militar el año anterior a la observación del conflicto…, cuanto mayor el volumen de importaciones de armas de un gobierno, mayor la intensidad del conflicto en el que interviene el año posterior”.

El mercado armamentístico a nivel global mueve 640 millones de armas y cada año se fabrican 8 millones más.

A nivel mundial, más de 500.000 científicos realizan investigación militar.

Cada año se fabrican más de 12.000 millones de balas…

Cada minuto muere una persona como consecuencia de la violencia armada.

Solo las guerras de Afganistán e Irak han producido más muertos que el Covid 19 a nivel mundial.

Desde 1989, mueren una media de 250.000 personas cada año víctimas de los conflictos armados y cientos de miles son desplazados, heridos, lisiados…

Cada día miles de personas refugiadas se hacinan en las fronteras o se echan al mar, huyendo de las guerras y de las miserias que estas producen.

En la actualidad existen más de 14.000 armas nucleares en el mundo, aunque son suficientes para destruir nuestro planeta más de 50 veces, parece que esto no será un impedimento para que se gasten al año más de 125.000 millones de dólares.

Según el informe ” The Military Balance 2017 “, en el mundo existían 19,8 millones de soldados. Para la ONU, para realizar labores de ” Paz Mundial”, serían suficientes entre 400.000 y 500.000 soldados.

En el 2020, 88.000.000 de personas sufrían de hambre aguda como consecuencia de conflictos e inestabilidad.

Con el dinero empleado en Gasto Militar a nivel Mundial, habría suficiente dinero como para terminar con el hambre en el mundo 32 veces.

El rechazo al Gasto Militar nos llevaría sin duda hacia otra distribución mucho mas justa de los servicios públicos y haría que estos irían destinados en muchísima mayor medida, a la sanidad, al medio ambiente, a la educación, a la lucha contra la pobreza y la desigualdad, a la construcciòn de la Paz…, en definitiva harían posible que comenzaramos a dar forma a otro mundo bien distinto, uno que se pareciera mucho más al que llevamos en nuestros corazones…

” A lo largo de la Historia, los ejércitos sólo han servido para oprimir a los pobres en favor de los ricos, y el único soldado que merece un aplauso es el desertor.”

                                        ( Arcadi Oliveres )

*Bernard Lopez Uranga es miembro de Bake-Ekintza Antimilitarista


  Llegeix l'article complet a la revista Viento Sur

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 21/10/2021

Membre de Bake Ekintza Antimilitarista i col·laborador del Centre Delàs Donostia: Bernard López Uranga
Linia de recerca :
Publicat en Revista Viento Sur, el 18/10/2021
Celebrem els ‘25 anys desarmant la guerra’ amb diferents actes oberts a la Nau Bostik de Barcelona els pròxims 27 i 28 de novembre