El hijo de Mitterand y el “angolagate”
Después de ocho años de preparación por parte del juez instructor del caso se ha iniciado, en octubre de este año en Francia, un proceso de los que sirven para desenmascarar la corrupción en las ramificaciones que a menudo atraviesan la política y las finanzas. El caso se remonta a los años 1988-1995, durante el segundo septenio de François Mitterand y se extiende hasta el año 2000. En el mismo se encuentran implicados Jean-François Mitterrand, hijo del presidente ya fallecido, Jacques Attali, consejero presidencial y Charles Pasqua, antiguo ministro del interior francés. En el banquillo de los 42 acusados de la trama se sentarán políticos, banqueros y empresarios, periodistas y escritores.
La acusación mantiene que los hombres de negocios Pierre Falcone y Arcadi Gaydamak pagaron unos 790 millones de dólares de comisiones ilegales para poder vender a Angola, en aquel momento en plena guerra civil, y sometida a un embargo armamentístico por parte de la ONU, armas de la antigua URSS y otros países del Este, revendidas a precio de oro con márgenes de hasta el 50%.
Según la acusación, las transacciones armamentísticas fueron realizadas por la compañía francesa Branco Internacional, propiedad de Falcone, y por una filial eslovaca. El hijo de Mitterrand, que había sido delegado de la Agencia France Presse (AFP) en Mauritania, por estos años ejercía de “consejero personal” de su padre para asuntos africanos.