Poner nombre a quienes se lucran del genocidio en Gaza
Netanyahu no es un loco solitario, es una pieza más de un puzle de políticos y militares, directivos de empresas de armas, responsables políticos, expertos en comercio de armas, y de bancos que se han lucrado de financiar a las empresas que suministran las armas a un Ejército que está cometiendo un genocidio
Jabalia, 31 de octubre de 2023, Israel bombardea el campo de refugiados, destruye 20 edificios y mata a 56 personas, incluidos 23 niños. Wasi, 10 y 22 de octubre de 2023, el ejército israelí bombardea zonas en las que antes había dado la orden de realojar a las personas desplazadas, mueren 43 civiles, 19 niños.
Las bombas que mataron a 42 niños y un total de 99 civiles eran las GBU-32 y GBU-31 insertas en el kit JDAM, una tecnología militar que aporta a las bombas un guiado por GPS de largo alcance, que las hace capaces de alcanzar objetivos a 72 kilómetros de distancia. Estas bombas han sido instaladas en aviones militares israelíes desde el año 2000. El informe de Amnistía Internacional que lo denuncia no deja lugar a dudas: “Los ataques aéreos fueron ataques directos contra civiles o ataques indiscriminados y deben ser investigados como crímenes de guerra”. Parece evidente, las bombas inteligentes mataron a quien querían matar.
En el informe La banca armada y su corresponsabilidad en el genocidio en Gaza enumeramos hasta cerca de 40 casos como los mencionados. Casos de uso flagrante de armamento por parte de las fuerzas armadas de Israel contra población civil, con denuncias in situ, con imágenes, con investigaciones sobre el terreno, con testimonios, con informes oficiales en los que se hace evidente el uso de al menos 5 tipos proyectiles de artillería, 4 modelos de bombas y misiles guiados, 4 modelos de aeronaves militares desde los que se realizaron bombardeos, un modelo de barco de guerra y vehículos terrestres armados. Todos los casos podrían ser considerados por un tribunal como crímenes de guerra y son solo una parte de todos los ataques que han matado a más de 45 mil civiles, entre los que se cuentan más de 16 mil niños y niñas.
Más allá de la responsabilidad directa del ejército y gobierno israelís, debemos poner el acento en quien las suministra.
Según los datos SIPRI, los principales exportadores de armas convencionales a Israel son EEUU y Alemania. En relación a los casos concretos en que se ha identificado el uso de armas específicas que han causado la muerte de población civil palestina y que pueden suponer un crimen de guerra, tenemos la certeza de que Estados Unidos ha autorizado en 2023 la exportación de 12 helicópteros de combate AH-64A pache y 25 cazas F-15, los dos fabricados por Boeing, utilizados en Rafah el 13 de junio de 2024 en ataques sobre edificios residenciales, en la ciudad de Gaza el 25 de junio de 2024 en el campo de refugiados de Shati.
Esta misma empresa exportó entre 2019 y 2022 la cantidad de 4.850 bombas GBU-39 y entre 2015 y 2023 exportó a Israel 7.688 JDAM para bombas guiadas. Todas estas bombas lanzadas sobre población civil en Jabalia (mayo, 9 y 31 de octubre de 2023), en Wasi (10 y 22 de octubre de 2023), en Khan Younis (10 de julio de 2024), en Al Mawasi (13 de julio de 2024), en Ciudad de Gaza (10 de agosto, 25 de octubre y 2 de diciembre de 2023), en Líbano (27 de marzo de 2024), en Deir al Balah (12 de mayo 2023), en Al Bureij Camp (2 noviembre 2023), Al Buraq (10 noviembre 2023) y en Rafah ((diciembre/enero de 2023/24 y 26 de mayo de 2024).
Además, Estados Unidos, exportó entre 2019 y 2023 hasta 477 vehículos blindados, los tanques utilizados para entrar en Gaza, del modelo Namer, fabricados por la estadounidense Oshkosh Defence, utilizados en el ataque al hospital de Al-Shifa de 7 de diciembre de 2024, cuando los militares israelís capturaron a decenas de palestinos, muchos civiles, los desnudaron y humillaron durante horas, en lo que podría constituir una violación del derecho internacional humanitario. Y que también fueron identificados en agosto de 2024 en Cisjordania en la macroperación militar con incursiones en diferentes ciudades, bloqueando e acceso a hospitales y otros edificios, con el resultado de 27 palestinos muertos y más de un centenar de heridos.
La principal empresa alemana de la que tenemos indicios de que sus armas han sido identificadas en ataques a la población civil es Rheinmetall. En Gaza en octubre de 2023 se dio el uso indiscriminado de munición de tanque contra palestinos e infraestructuras civiles incluidas instalaciones médicas, convoyes de ayuda y refugios civiles, y el 7 de diciembre de 2023 en la frontera líbano-palestina hubo un ataque con proyectiles de tanque a una zona con periodistas identificados, produciendo un muerto y 5 heridos. Los tanques israelís utilizan munición Rh-120 de Rheinmetall.
Pero no hay que parar aquí en la búsqueda de responsabilidades. Tenemos la obligación de señalar a unos actores imprescindibles para hacer posible que las empresas de armas mencionadas puedan desarrollar su actividad, las entidades financieras. Porque la industria militar tiene una ratio de endeudamiento similar a la del resto de empresas, del 75%. Sin financiación estas empresas tendrían serias dificultades para mantener su producción. El papel de los bancos es, por tanto, crucial para la producción armamentística. Sabemos que los bancos que tienen negocios con las empresas de armas lo hacen a través de participaciones accionariales, emisión de bonos y pagarés, ampliaciones de capital, líneas de crédito, préstamos y pólizas de crédito, entre otros productos. Y sabemos que hay bancos que han financiado a las empresas que fabrican las armas que han sido utilizadas para perpetrar los crímenes de guerra mencionados.
El informe La banca armada y su corresponsabilidad en el genocidio en Gaza incorpora datos actualizados de 3.600 operaciones financieras en agosto de 2023 y junio de 2024 de créditos concedidos a estas empresas entre 2009-2024, de emisión de bonos del periodo 2021-2023, y de inversión en acciones de 2023-2024. El resultado es que doce entidades financieras españolas han destinado 4.000 millones de dólares a siete de las empresas que han vendido las armas que sabemos que han sido utilizadas para perpetrar el genocidio de Gaza: Boeing, Day & Zimmerman, General Dynamics, Oshkosh Corp, Leonardo, Rheinmetall y MTU Friedrichshafen. Entre ellas destacan el Banco Santander y el BBVA, quienes las han financiado con 2.442 y 1.558 millones, respectivamente. También destaca Caixabank, con 110 millones y Bestinver con 65 millones. ¿Cuántas víctimas del genocidio en Gaza son responsabilidad de quienes han financiado las armas que utiliza el ejército israelí?
Pongamos nombre a quienes tiran las bombas, a quienes aprietan el gatillo, a quienes dan las órdenes de hacerlo, a quienes entregan las armas que utilizan, a quienes las fabrican, a quienes las diseñan, a quienes las venden, a quienes dan la orden de compra y a quienes las financian. Debemos ser conscientes de que semejante volumen de acciones militares en varios frentes, el nivel de destrucción de la Franja de Gaza que se ha producido y el que pudiera darse en Cisjordania y Líbano por parte de las Fuerzas Armadas de Israel no sería posible sin dinero. Hay que poner nombre al dinero, a quien vende las armas que compra Israel, a quien financia al Estado de Israel para que mantenga sus operaciones militares, a quien sostiene una economía y un gobierno basadas en su competitividad militar y a los bancos que les inyectan dinero.
Netanyahu no es un loco solitario, es una pieza más de un puzle de responsables políticos y militares, de directivos de empresas de armas, de responsables políticos y expertos en comercio de armas, y de bancos que se han lucrado de financiar a las empresas que suministran las armas a un Ejército que está cometiendo un genocidio. Puede que tu banco esté contribuyendo a financiar un genocidio con tu dinero.
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